Argentina volvió a quedar en el centro de la polémica internacional tras votar en contra de una declaración de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) destinada a reforzar la protección de los derechos humanos de las personas con discapacidad. La iniciativa fue aprobada el pasado 17 de diciembre por una amplia mayoría de 175 países, pero contó con el rechazo de Argentina y Estados Unidos, mientras que Paraguay se abstuvo.
Tras conocerse el resultado, el ministro de Salud de la provincia de Buenos Aires, Nicolás Kreplak, expresó su rechazo a la postura del país y apuntó directamente contra el rumbo del Gobierno nacional. “Argentina, nuevamente en contra de la salud”, escribió en sus redes sociales, en un mensaje que rápidamente generó repercusión.
En una publicación posterior, el funcionario bonaerense amplió sus críticas y sostuvo: “Junto a Estados Unidos, fueron los dos únicos países que votaron en contra de una resolución de la ONU que exige garantizar derechos, accesibilidad, apoyos comunitarios y vida independiente para las personas con discapacidad”.
Críticas al ajuste y al rumbo internacional
Kreplak advirtió además que la votación no puede analizarse de manera aislada. “El voto no ocurre en el vacío: se da en un contexto de retrocesos y ajuste sobre políticas de discapacidad, y confirma una posición internacional que ya se expresó días atrás oponiéndose a expresiones completamente humanas”, señaló.
La postura argentina en la ONU se da en paralelo al desfinanciamiento de la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS), una decisión que viene siendo cuestionada por organizaciones sociales, especialistas en salud pública y sectores políticos de la oposición. En ese marco, el rechazo a la resolución fue leído como un nuevo gesto de alineamiento del gobierno de Javier Milei con Estados Unidos, incluso en temas sensibles vinculados a derechos sociales.
Otro voto negativo de Argentina
La votación sobre discapacidad no fue un hecho aislado. Días antes, Argentina ya había votado en contra de una declaración de la ONU vinculada a las enfermedades no transmisibles y la salud mental, un texto que establecía metas concretas y medibles para los próximos años frente a uno de los principales desafíos sanitarios a nivel global.
En esa oportunidad, Estados Unidos volvió a ser el único país que acompañó el rechazo argentino. Al referirse a ese episodio, el exembajador Jorge Argüello sostuvo: “Salud global: consenso casi unánime en ONU, con dos excepciones. En una votación histórica en la ONU, 175 países aprobaron una declaración clave sobre enfermedades no transmisibles y salud mental. Solo votaron en contra Estados Unidos y la Argentina”.
La reiteración de este tipo de decisiones consolida un patrón de política exterior que genera preocupación en sectores vinculados a la salud pública y los derechos humanos, y que sigue sumando cuestionamientos desde distintos niveles del Estado.

