Jimmy Carter, el trigésimo noveno presidente de Estados Unidos, falleció a la edad de 100 años. Nacido el 1 de octubre de 1924 en Plains, Georgia, Carter asumió la presidencia en 1977, prometiendo un gobierno limpio y transparente después del escándalo de Watergate a principio de esa década.
Durante su mandato, Carter logró importantes avances en política exterior, como la firma de los tratados Torrijos-Carter que devolvieron el control del Canal de Panamá a Panamá, y los Acuerdos de Camp David, que facilitaron la paz entre Egipto e Israel.
Sin embargo, su gestión también estuvo marcada por problemas estructurales, incluyendo la crisis económica con altos niveles de inflación y la crisis energética.
EL PRESIDENTE DE LA ENERGÍA RENOVABLE
En política interna, creó el Departamento de Educación y promovió políticas de energía renovable, pero su administración enfrentó críticas por la gestión de la economía y la crisis de los rehenes en Irán, que culminó en un fallido intento de rescate, afectando su imagen pública y contribuyendo a su derrota electoral en 1980 ante Ronald Reagan sin poder reelegir.
Posterior a su presidencia, Carter se dedicó a actividades humanitarias, fundando el Centro Carter, que se enfoca en la promoción de la democracia, los derechos humanos y la salud global.
Fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz en 2002 por sus esfuerzos en la resolución de conflictos y la lucha contra enfermedades tropicales. Su trabajo con Habitat for Humanity, construyendo casas para personas de bajos recursos, marcó su compromiso con el servicio comunitario.
LA RELACIÓN CON NUESTRO PAÍS
Para Argentina, la presidencia de Carter se recuerda por su apoyo al retorno a la democracia después de la dictadura militar, promoviendo una política de derechos humanos que influyó en la transición política del país. En reconocimiento, el gobierno argentino le otorgó la Orden del Libertador San Martín en 2017.
Carter vivió más que cualquier otro presidente estadounidense y su vida post-presidencial fue tan o más significativa que su tiempo en la Casa Blanca, aunque no estuvo exenta de polémica y críticas, especialmente en torno a su perspectiva sobre ciertos conflictos internacionales y sus posiciones políticas.
EL MÁS LONGEVO DE LA HISTORIA
Otros presidentes estadounidenses que alcanzaron edades avanzadas incluyen a:
George H.W. Bush, quien falleció a los 94 años. Su mandato presidencial fue de 1989 a 1993, durante el que quedó marcado por la Guerra del Golfo y la caída de la Unión Soviética. Post-presidencia, se dedicó a actividades humanitarias y fue famoso por su espíritu jovial y su participación en paracaidismo para celebrar sus cumpleaños. Cultivó una amistad con Carlos Menem que marcó la relación con nuestro país.
Gerald Ford, quien vivió hasta los 93 años. Ford fue presidente tras la renuncia de Richard Nixon debido al escándalo de Watergate y gobernó de 1974 a 1977. Su presidencia fue breve y se centró en la recuperación de la confianza pública en el gobierno. Ford también fue el primer vicepresidente en ser nominado bajo la Vigesimoquinta Enmienda, nunca habiendo sido elegido por voto popular para ninguno de los dos cargos.
Ronald Reagan, también falleció a los 93 años. Fue presidente de 1981 a 1989, trascendió por su política de “Reaganomics”, el fin de la Guerra Fría y la mejora de las relaciones con la Unión Soviética, facilitando su desaparición años después. Más tarde en su vida, Reagan fue diagnosticado con Alzheimer, lo que llevó a un aumento global de la conciencia sobre esta enfermedad.