Julio Alak se hizo cargo de la Municiplidad de La Plata. Lo que ustedes acaban de leer no es una noticia vieja, republicada por error de algรบn bot o la inteligencia artificial. Es literal. Reciรฉn cuatro meses despuรฉs de su llegada formal al despacho de la calle 12, en el centro geogrรกfico de la capital bonaerense, el jefe comunal comenzรณ a maniobrar los resortes de la gestiรณn cotidiana.
Es una situaciรณn que admiten en el entorno del ex ministro de Justicia de Axel Kicillof y que โdenuncianโ casi a coro los distintos espacios que representan a la oposiciรณn.
Si se ausculta entre el grupo de apoyo polรญtico del veterano dirigente se esgrimen argumentaciones variadas.
La primera que emerge: โla herencia recibidaโ. Se menciona desorden administrativo, deudas a proveedores y contratistas y una virtual desintegraciรณn de la estructura administrativa del municipio que se habrรญa profundizado en las รบltimas semanas del gobierno de Julio Garro (Pro).
La botonera de la Municipalidad de La Plata
La explicaciรณn asoma como una excusa difรญcil de asumir para alguien que llega para cumplir su quinto mandato al frente de la administraciรณn comunal. No puede argรผir que desconocรญa la โbotonera del Estadoโ como ocurre con infinidad de entes y organismos nacionales en manos de los libertarios de LLA.
En esa lรญnea tambiรฉn exponen que โel verano se fue entre auditorรญas, denuncias por supuestos รฑoquis y el escรกndalo de los cadรกveres del cementerioโ.
No obstante, hay que observar que las primeras semanas se โesfumaronโ en armar un gabinete en el que debรญan estar representadas diversas vertientes del peronismo/kirchnerismo/alakismo y otros ismos que se nuclean en UxP, la coaliciรณn que lo depositรณ en el sitial de intendente.
Esa parsimonia inicial derivรณ en una gestiรณn defectuosa que se reflejรณ en el deterioro del espacio pรบblico, la falta de coordinaciรณn para afrontar la crisis sanitaria del dengue (La Plata liderรณ el ranking de contagios en la provincia y en el paรญs, por varias semanas) y en descoordinaciรณn de la recolecciรณn domiciliaria de la basura, para mencionar los items mรกs visibles.
Tampoco hubo una decisiรณn de empatizar con las asociaciones de vecinos que se agruparon despuรฉs de la histรณrica inundaciรณn del 2 de abril de 2013.
Y al cuarto mes…
Reciรฉn en los primeros dรญas de este cuarto mes de gestiรณn Alak se pudo mostrar proactivo con la habilitaciรณn del patrullaje de seguridad con las camionetas azules de la municipalidad, la salida a la calle de los trabajadores que intentan derribar los pastizales en parques, plazas y veredas y el ordenamiento de la recolecciรณn de residuos no habituales, apilados por semanas en el centro y la periferia.
Ahora Alak comienza a lidiar con un tรญpico problema โmunicipalโ que resultarรก una medida de su capacidad de gestiรณn y resoluciรณn de problemas.
La irrupciรณn del autoproclamado โSindicatoโ de trapitos โa cargo de un ex barra brave de Estudiantes y ex convicto condenado por homicidio- reaviva una polรฉmica que impacta de lleno en el dรญa a dรญa de los platenses y que hasta el momento nunca se puso resolver.
Pero, ademรกs, retoma una situaciรณn que marcรณ la historia de las gestiones anteriores del ya veterano y multifacรฉtico dirigente peronista: el โordenamiento de la calleโ, que incluye cuidacoches, manteros y vendedores ambulantes constituye el objetivo polรญtico inmediato de la conducciรณn del municipio.
Carga en su mochila el histรณrico escรกndalo registrado en diciembre de 1997, cuando intentรณ un desalojo en pleno centro de La Plata. Entonces, una ciudad โmilitarizadaโ terminรณ con represiรณn, desbordes, detenidos y hasta el ingreso ilegal de la Bonaerense a reprimir en aulas de la UNLP.
El despliegue policial no pudo terminar con el intento de las autoridades de โordenar la calleโ. Alak lo intentarรก otra vez. Con otros instrumentos y en un contexto totalmente diferente.