En los últimos días los vecinos de Villa Elvira se encontraron con una visita inesperada; un lagarto overo recorrió sus calles. El animal ya fue capturado por una familia y devuelto a su hábitat natural.
Los lagartos overos (Tupinambis merianae) se pueden encontrar en ambientes tales como selvas húmedas tropicales, espacios abiertos como sabanas de pastizales con arbustos espinosos, ambientes periacuáticos, zonas de humedales, en la estepa de altura herbácea así como zonas costeras arenosas. Pero, en esta ocasión el anfibio fue encontrado debajo de un auto estacionado en la puerta del Colegio María de Luján Sierra de Villa Elvira.
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Una vecina de la zona vió al animal debajo de un auto y contó para La Cielo que “con mi hijo intentamos agarrarlo con una campera para que no lo pisen, pero era muy agresivo y rápido”. Sin embargo la operación fue todo un éxito ya que finalmente lograron atraparlo y meterlo en una jaula. “Le dimos agua y se comió una manzana entera” concluyó.
Por su parte, el Director del ECAS se comunicó con la familia que puso a salvo al lagarto y lo llevó para ser liberado.
Situación actual de la especie
En la actualidad, las dos especies presentes en la Argentina,la iguana overa o lagarto overo (Tupinambis merianae –antiguamente denominada T. teguixin; Avila-Pires, 1995–) y la iguana colorada o lagarto colorado (Tupinambis rufescens) se explotan comercialmente por su cuero,que se curte en el país y se exporta para la posterior confección de una variedad de productos –en su mayoría relacionados con la industria del calzado y marroquinería –. La presión de caza que ambas especies han sufrido históricamente ha llevado a que desde el año 1977 fueran incluidas en el Apéndice II de la Convención para el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES) y consideradas dentro de la categoría de “comercio significativo”.
Los pobladores de vastas zonas de la Argentina utilizan la carne para alimentación y la grasa para fines medicinales, mientras que el cuero es vendido a acopiadores. En décadas pasadas, esto último significaba una importante fuente de ingreso y, a pesar de la merma en la demanda comercial reciente, la captura de iguanas, actualmente sigue siendo una de las pocas alternativas económicas para los pobladores indígenas y criollos comprendidos dentro del área de distribución de ambas especies
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