En medio del ajuste, el intendente de La Plata, Julio Alak resolvió financiar el recorte de las partidas que, efecto cascada, podan sus finanzas, con una polémica medida que apunta al bolsillo castigado de los contribuyentes platenses: una furiosa caza de brujas sobre vehículos estacionados en plena madrugada.
El control de tránsito, se sabe, apuesta a corregir comportamientos para alimentar la sana convivencia, y –sobre todo- a controlar el uso del espacio público sin perjudicar al conjunto de los ciudadanos. Lejos de esa noble función, la actual administración echó mano a novedosas prácticas que dispararon la queja de los platenses, y encendieron la polémica en las redes.
El municipio de La Plata disparó una verdadera cruzada que parece estar más enfocada a la recaudación, que a garantizar la seguridad vial de los automovilistas platenses.
Durante 2024, por caso, los inspectores municipales recorrieron, sigilosos, alrededor de las ferias que suelen montarse los fines de semana, con el objetivo puesto en multar a cada vehículo que exceda en algo la distancia habilitada para los estacionamientos, o aquellos que aprovechan las ramblas para aparcar el vehículo mientras recorren los paseos.
La nueva modalidad que levantó críticas, ocurrió en la madrugada de hoy, cuando diversos automovilistas se desayunaron esta mañana con fajas de multas colocadas sobre sus vehículos, estacionados en la entrada de sus garajes en diferentes barrios platenses.
La novedosa infracción, por el horario en que se labraron las actas, después de las 2 am, elude una situación que aqueja a diferentes barrios de la ciudad capital, y que cambió el comportamiento de los automovilistas, sobre todo cuando llegan en horas de la noche: temerosos de ser víctimas de una entradera, un delito habitual y un flagelo que no cesa en la ciudad, optan por estacionar el auto sobre la entrada de su garaje, para no arriesgarse en la complicada tarea de abrir el portón.

