Era el 1 de agosto de 1981, las 12:01 de la madrugada en Nueva York, cuando una voz lanzó al aire una frase que cambiaría la cultura popular:
“Ladies and gentlemen, rock and roll.”
En ese instante nacía MTV (Music Television), un canal que no solo puso música en la pantalla, sino que reinventó la forma de mirarla. La primera imagen fue simbólica: un cohete de la NASA despegando, seguido por el primer videoclip emitido en su historia, “Video Killed the Radio Star”, de The Buggles. Una profecía autocumplida.
Los ochenta: el videoclip como arte
Durante la década de los ’80, MTV fue mucho más que un canal: fue una revolución estética. De pronto, la música ya no se escuchaba: se miraba.
Artistas como Madonna, Michael Jackson, Prince o Duran Duran entendieron el nuevo lenguaje audiovisual antes que nadie. El videoclip se transformó en una forma de arte, en un campo de batalla creativo donde se mezclaban moda, cine y rebeldía.
El impacto fue tan grande que “Thriller”, dirigido por John Landis, convirtió a Jackson en el primer ícono global nacido del poder de MTV.
Los noventa: del grunge a los realitys
Con los ’90 llegó la adolescencia del canal: más descaro, más variedad y más caos.
MTV se volvió la vidriera de una nueva generación desencantada. Aparecieron los “MTV Unplugged”, donde el rock mostraba su lado íntimo: Nirvana, Eric Clapton, Soda Stereo, Shakira, Luis Alberto Spinetta… todos dejaron su huella acústica.
También surgieron programas que marcaron época: “Beavis and Butt-Head”, “Daria”, “The Real World” y los Video Music Awards (VMAs), que se convirtieron en una pasarela de escándalos pop.
En Latinoamérica, MTV Latino debutó en 1993 y abrió un espacio que cambió la escena regional: bandas como Café Tacvba, Aterciopelados, Los Fabulosos Cadillacs, Molotov o Soda Stereo encontraron allí una plataforma continental. MTV ya no solo dictaba moda: creaba identidades.
Los 2000: el cambio de piel
El nuevo milenio encontró a MTV transformándose otra vez. El videoclip empezó a migrar a internet y el canal se volcó hacia los reality shows: “The Osbournes”, “Jackass”, “Laguna Beach”, “Pimp My Ride” o “Jersey Shore”.
La música quedaba cada vez más relegada, y muchos fans sintieron que el espíritu original se desvanecía. Sin embargo, MTV siguió marcando tendencias: fue un espejo de la cultura pop de su tiempo, incluso cuando esa cultura se miraba más a sí misma que al rock.
La era digital: sobrevivir al streaming
Con la llegada de YouTube y las redes sociales, el reinado televisivo de MTV se tambaleó. Ya no hacía falta esperar horas frente a la pantalla para ver un video: el espectador se volvió su propio programador.
El canal intentó adaptarse con plataformas digitales, premios y nuevos formatos, pero el fenómeno se había escapado de su control. Hoy MTV es más un símbolo que un canal: un logotipo que representa una época donde la juventud tenía su banda sonora en la pantalla.
El eco del cohete y el hombre en la luna
A más de cuarenta años de su nacimiento, MTV sigue orbitando en la memoria colectiva.
Fue la era dorada donde la televisión soñó con ser videoclip, y los artistas soñaron con volverse inmortales en tres minutos y medio. Quizás el video mató a la estrella de radio, pero también dio vida a toda una generación que entendió que la música podía verse, sentir y vestir.
En julio de 2024, Paramount Global, la empresa dueña de MTV, anunció el fin de la señal lineal de MTV News, la descontinuación gradual de MTV en América Latina como canal de televisión tradicional y el 31 de diciembre de 2025 será el cierre definitivo.
La marca no desaparece por completo, seguirá viva en redes sociales, YouTube y plataformas digitales, pero la MTV clásica, aquella que emitía videoclips, realities y programas icónicos, ya dejará de transmitir como canal 24/7 en varios países.
Es el cierre de una era: el fin del canal que había definido la cultura pop audiovisual de los 80, 90 y 2000.
Recuerdos del futuro, nostalgia de lo que vendrá
Por un instante, millones de televisores en toda América Latina quedaron mudos, como si el silencio quisiera rendirle homenaje a lo que alguna vez fue ruido, rebeldía y color. Ya no había VJs, ni Unplugged, ni realitys absurdos. Solo una sensación rara, una mezcla de nostalgia y vértigo, como cuando se apagan las luces después del último bis de un concierto.
MTV había cambiado la manera en que el mundo veía la música, y ahora era el mundo el que había cambiado la manera de ver MTV.
Su último suspiro fue digital: un post en redes diciendo “La música nunca muere, solo cambia de canal”.
Y tenía razón.
Hoy, los videoclips viven en YouTube, los escándalos en TikTok y los Unplugged en Spotify. Pero cada vez que alguien recuerda aquel logo blanco con el fondo de colores vibrando, algo late todavía, porque MTV no murió: se convirtió en recuerdo, en símbolo, en banda sonora de la generación que creció soñando con ser parte del videoclip.