¿Es discriminación odiar a los pelados?, Sí, absolutamente, diría alguna ex presidenta. Pero es inusual de ver, escuchar o leer esa aprensión tan particular. Mucho más habitual es la gordofobia o la segregación por color de piel, y muchas otras razones. Quizás esa rareza sea la causa de que haya llamado tanto la atención el perfil en la aplicación para citas Tinder, de una joven de nombre Birsa quien expresa claramente su recelo, y hasta odio hacia los hombres pelados, o calvos como sería más apropiado mencionar.
El párrafo que Tinder permite como descripción (que ejerce como método de autopresentación) de la joven Birsa dice: “Odio a los pelados, tuve dos páginas y las dos me la cerraron, pero mantengo mi espíritu. Los pelados son seres antinaturales NO PASARÁN NI CONTAMINARAN MIS GENES”.
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Nadie puede afirmar con exactitud si la joven tuvo algunas malas experiencias con hombres pelados, o si simplemente se trata de una fobia irracional que expresa su odio hacia los calvos en un modo discriminatorio.
El tono agresivo y generalizante de sus palabras provocaron reacciones desde chistosas hasta encolerizadas de usuarios, con y sin cabello, a medir por las fotografías en sus perfiles.
ESA FOBIA TIENE NOMBRE
Lo cierto es que esa animadversión hacia personas sin cabello existe, tiene una nomenclatura, y además es una fobia detectada hace décadas por especialistas.
Su denominación es falacrofobia y se trata de un temor intenso a perder el cabello, o a la posibilidad de llegar a quedarnos calvos en algún momento de nuestras vidas, y también aplica a quienes, al igual que la joven Birsa, detestan a las personas calvas.
Es decir, la falacrofobia va más allá de sentirse inseguro ante los indicios de que el propio pelo esté perdiendo su densidad y brillo.
Las personas que la sufren tienen pavor a quedarse calvos y solo con pensar en esa posibilidad sienten mucho nerviosismo, pudiendo llegar a experimentar incluso síntomas físicos como crisis de ansiedad al mirarse en el espejo y encontrar indicios de que están perdiendo pelo.
Es posible que el odio de la chica de Tinder también sea una proyección de cierto temor personal a que le suceda a ella.
En el habla habitual también se utiliza el término peladofobia y hace referencia a ambas posibilidades: la del odio irracional a los pelados, y la del temor a la caída del cabello propio.
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