Lo que empezó como una búsqueda familiar de descanso se transformó en un ejemplo perfecto de la disparada de precios en la costa bonaerense. Sofía Melgarejo, una usuaria de TikTok, contó su sorpresa al pedir presupuestos para vacacionar en enero con su familia.
Cotizó destinos dentro y fuera del país —Mendoza, Córdoba, Brasil y distintas playas argentinas— y el resultado fue contundente: veranear en Cariló cuesta más caro que irse al exterior.
El caso que se volvió viral fue el de un apart hotel en esa localidad del partido de Pinamar, en donde le pasaron una cotización de $10.043.000 por 9 noches, con desayuno incluido. El establecimiento incluso le ofreció un “descuento en efectivo” de casi cuatro millones de pesos si pagaba todo al contado.
“Es una locura, son como un millón por día”, se la escucha decir en el video que rápidamente sumó miles de reproducciones.
Melgarejo, desconcertada, comparó con otros presupuestos: en San Salvador de Bahía (Brasil), encontró un paquete con vuelos y alojamiento por menos de $6 millones. “Ahora entiendo cómo la gente se va del país”, concluyó. La frase, más que una queja aislada, encendió una alarma sobre la realidad de los precios turísticos en la costa de la provincia de Buenos Aires.
Tarifas de lujo en la costa bonaerense
Los informes de distintos portales turísticos confirman que la temporada 2026 se perfila con aumentos que van del 25% al 30% respecto al verano pasado. En destinos tradicionales como San Bernardo o Santa Teresita, un departamento de dos ambientes ya ronda los $65.000 por noche, mientras que una casa para cuatro personas supera los $130.000.
Pero la verdadera locura aparece en las zonas “premium” del litoral atlántico. En Pinamar y Cariló, los alquileres se dolarizaron casi por completo: una casa de cuatro ambientes puede llegar a US$8.000 por quincena, y en algunos casos el valor por noche supera los US$500. En pesos, eso representa cifras similares o incluso mayores a las que mostró Melgarejo en su video.
Según los operadores turísticos, la demanda para enero sigue alta pese a los precios, pero ya se nota un cambio en el perfil de los visitantes: estancias más cortas, grupos más reducidos y mayor interés en febrero, cuando las tarifas bajan entre un 30% y un 40%. “La gente quiere venir, pero no puede pagar una quincena completa”, admitió un agente inmobiliario de Pinamar consultado por Infocielo.
El verano argentino, entre la nostalgia y el dólar
Lo que antes era sinónimo de verano familiar y mate frente al mar, hoy se convirtió en un lujo que pocos pueden sostener. Las tarifas hoteleras y de alquiler en la costa bonaerense ya no solo compiten entre sí, sino con los precios internacionales. En muchos casos, destinos del sur de Brasil, Uruguay o incluso Chile resultan más baratos o con mejor relación costo-beneficio.
En ese contexto, la historia de Sofía Melgarejo se volvió viral porque expresa lo que muchos argentinos sienten: que veranear en su propio país se volvió un privilegio. Su video, espontáneo y sin ánimo de denuncia fue una radiografía de lo que se viene a nivel turístico.
Mientras el sector defiende los aumentos por la inflación y los altos costos de mantenimiento, las familias hacen cuentas, comparan y buscan opciones más allá de las fronteras. Cariló, Pinamar y Mar de las Pampas siguen siendo destinos soñados, pero cada vez más exclusivos.