Con la llegada del receso escolar, la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) lanzó una advertencia sobre el peligro que representa el uso intensivo de dispositivos electrónicos durante las vacaciones. Silvia Pedrouzo, médica pediatra y presidenta de la subcomisión de Tecnologías de la Información y la Comunicación de la SAP, explicó que esta época del año suele agravar patrones de consumo problemático entre niñas, niños y adolescentes.
“Con más tiempo libre, los chicos tienden a pasar más horas frente a las pantallas, y eso tiene consecuencias que ya estamos viendo en los consultorios”, sostuvo Pedrouzo en diálogo con FM Cielo.
Qué síntomas aparecen y cómo detectarlos
Según Pedrouzo, en los más chicos se observan retrasos en el lenguaje, problemas de comportamiento y dificultades para jugar, dormir o calmarse sin un dispositivo. En edades escolares y adolescentes, aparecen además trastornos de atención, bajo rendimiento académico y, en casos más graves, aislamiento, ansiedad, depresión e incluso conductas suicidas.
Una señal de alarma: la pérdida de interés por otras actividades. “Cuando el uso de pantallas es la única motivación, cuando no hay ganas de salir, ver amigos o hacer actividad física, algo está pasando”, advierte la especialista.
El auge de las apuestas online
Otro tema que preocupa especialmente en vacaciones es el acceso de menores a plataformas de apuestas. Pedrouzo participó en la encuesta Kids Online de UNICEF, que reveló que uno de cada cuatro varones de entre 12 y 17 años apostó por dinero al menos una vez.
“Muchos chicos tienen acceso irrestricto al celular las 24 horas y lo usan con billeteras virtuales. Es un combo muy difícil de frenar”, alertó. En algunos casos, los adolescentes se endeudan o incluso se contactan con prestamistas.
Qué pueden hacer las familias
La recomendación central es establecer límites claros y generar alternativas al uso de pantallas: encuentros presenciales, juegos, actividades físicas o simplemente tiempo compartido. “No hace falta gastar plata. A veces alcanza con invitar a un amigo a casa o salir a dar una vuelta”, sugirió Pedrouzo.
También pidió coherencia en el ejemplo adulto: “Si nosotros estamos todo el día con el celular, difícilmente podamos pedirles otra cosa a los chicos”.
Frente a cualquier señal de alarma, desde la SAP recomiendan consultar con el pediatra o un profesional de salud mental. “Las vacaciones pueden ser una oportunidad para reconectar. Pero si no hay límites, pueden terminar profundizando una dependencia”, concluyó.



 
                                    