La ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de París 2024 desató una polémica inesperada. Muchos espectadores de ideología conservadora y con predisposición a ofenderse por un supuesto ataque al cristianismo, al ver una escenificación de una cena multitudinaria, interpretaron erróneamente que se trataba de una parodia del cuadro “La Última Cena” de Leonardo Da Vinci.
Sin embargo, lo que se representaba era “El Festín de los Dioses“, una alusión mucho más adecuada al contexto de las Olimpiadas, cuyo origen se encuentra en la mitología griega.
LA VERDADERA PINTURA ALUDIDA
“El Festín de los Dioses” es una obra renacentista popularizada por varios artistas, siendo Jan Harmensz uno de los más reconocidos por su versión de 1635.
La pintura retrata a las deidades olímpicas en una celebración llena de vino, música y desnudez, basada en los escritos del poeta latino Ovidio. Tales escritos imaginaban el relato mitológico de la boda de Telis y Peleo, acompañados de otras divinidades griegas veneradas en las olimpiadas clásicas.
En la escena presentada en París, la figura central no era Cristo, como incluso los libertarios argentinos proclamaban desde su supina ignorancia artística, sino Apolo Coronado, interpretado por una voluptuosa diosa.
Al centro del banquete, se mostró un plato con un hombre semidesnudo pintado de azul, quien portaba una corona de flores y un taparrabos con el mismo motivo. Este acto, de tan solo unos segundos, fue tildado de ser una abierta burla al cristianismo.
De acuerdo con los críticos, este baile sería una mofa al relato bíblico de la Última Cena, donde Jesús de Nazareth, figura central del cristianismo, celebró una comida con sus 12 discípulos.
Sin embargo, la figura azul representaba a Baco, el dios grecorromano del vino, la música y la fiesta.
Como explicó y mostró la usuaria de X María Castro: “La referencia no es al cuadro de Da Vinci. Se hace al ‘Festín de los Dioses’ de Jan Harmensz, 1635. Los dioses celebran la boda de Telis y Peleo. Y el del medio no es Cristo, sino Apolo coronado. Representado en París por una voluptuosa diosa“.
UNA CONFUSIÓN ANTOJADIZA
A pesar de la aclaración, muchos aseguran que la configuración del espacio en la mesa recuerda sospechosamente a “La Última Cena“.
Este tipo de malentendidos no es raro en el ámbito cultural, donde las obras de arte icónicas suelen ser objeto de reinterpretaciones y parodias. Pero en este caso estaban inmersos además los preconceptos ideológicos.
Hablando de “La Última Cena” de Da Vinci, ya fue recreada y parodiada en infinidad de ocasiones, y estas versiones solo a veces suelen generar discusiones sobre la intención y el respeto hacia la obra original y el sentido religioso que representa.
OTRAS RECREACIONES DEL ARTE
Otro hilo de Twitter de @Ivi_Cangaro enumera las verdaderas alusiones artísticas al famoso cuadro renacentista de la cena póstuma de Jesucristo en la cultura pop.
Los Soprano
En la serie de culto “Los Soprano”, se presenta una parodia memorable de “La Última Cena”.
En una escena icónica, Tony Soprano y su “familia” mafiosa se sientan alrededor de una mesa larga, evocando la disposición de los apóstoles. La imagen intenta mostrar los entresijos del poder y traición dentro del grupo, reflejando el tenso equilibrio que Tony debe mantener como líder.
Los Simpson
“Los Simpson” es conocida por sus ingeniosas referencias culturales. En uno de sus episodios, la serie recrea “La Última Cena” con los personajes principales de Springfield, con Homero Simpson en el centro, emulando a Jesús.
Esta escena satiriza la vida cotidiana y las peculiaridades de cada personaje, utilizando el formato de la famosa pintura para añadir un toque humorístico.
El Marginal
En la serie argentina “El Marginal”, que se desarrollaba en un contexto carcelario, se presenta una versión cruda de “La Última Cena”. Los personajes, reclusos de la prisión, se sientan alrededor de una mesa en una configuración que recuerda a la obra de Da Vinci.
Esta representación busca retratar la brutalidad y la desesperación en la vida tras las rejas, al tiempo que juega con la idea de una traición inminente.
Doctor House
“Doctor House”, la serie protagonizada por Hugh Laurie, también incluyó una parodia de “La Última Cena”.
En un episodio, el equipo de diagnóstico de House se reúne alrededor de la mesa de operaciones, con House en el centro, aludiendo a Jesús.
Esta escena parece resaltar las relaciones complejas y el carácter egocéntrico de House, añadiendo un toque de humor a la serie médica.
JUEGOS OLÍMPICOS DE LA TERGIVERSACIÓN
La “confusión” en la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de París 2024 deja en claro como los prejuicios y la ignorancia son un combo explosivo que hace estallar a quienes sienten que el mundo “gira demasiado rápido” hacia un futuro cambiante en el que se niegan a ingresar.
De allí, la necesidad de contextualizar adecuadamente las referencias culturales con datos duros en lugar de acusaciones, ofensas casi infantiles y poca formación en materia artística.
“El Festín de los Dioses” tiene una conexión directa con el evento deportivo internacional, ya que las Olimpiadas tienen sus raíces en la antigua Grecia y sus mitos.
Por otro lado, “La Última Cena” de Da Vinci, aunque una obra maestra innegable, no tiene relación con los Juegos Olímpicos ni con la mitología griega.
La conclusión a la que puede arribarse después de este “malentendido malintencionado”, es que mientras “La Última Cena” ya fue reiteradamente objeto de numerosas parodias en diferentes medios y contextos, la polémica de los Juegos Olímpicos de París 2024 no hace otra cosa que dejar en claro la necesidad de formación de los ofendidos libertoconservadores para aludir “enojados” a referencias culturales que desconocen, sobre un “colchón de indignación” alentada también por los grandes medios de comunicación.
La ceremonia rindió homenaje a una celebración divina pagana, no a la famosa pintura religiosa cristiana de Da Vinci, mostrando cómo la percepción apresurada e ignorante puede distorsionar la intención artística original.
Siempre es bueno refrescar la cultura clásica y pagana para evitar confusiones advenedizas tamizadas por distorsionantes espejos que devuelven imágenes propicias para fortalecer estúpidos prejuicios.