“No me querían robar. Sólo me querían pegar por puto. Me quisieron matar”, de este modo Juan Sabin denunció la brutal golpiza que sufrió este fin de semana a la salida de un conocido boliche de la ciudad de Buenos Aires. Escuchá el relato de este ataque homoodiante.
En la voz de Franco Torchia, el joven de 24 contó cómo fue el momento en el que a la salida de Rheo en Palermo, dos personas le pegaron sin razón, lo tiraron al piso e intentaron matarlo. Juan no puede hablar porque tiene la mandíbula destrozada y la cara desfigurada por los golpes que recibió.
Este ataque de odio se enmarca en un contexto en el que el número de denuncias, historias, relatos y experiencias crímenes y suicidios está en ascenso. Desde el Observatorio Nacional de Crímenes de Odio LGBT de la Federación Argentina LGBT+ (FALGBT) informaron en julio de este año que en el primer semestre se registraron 102 crímenes de odio contra personas LGBT+, un aumento del 70% respecto al mismo período del año anterior.
“Siempre le quise pegar a uno de estos, putos llorones”
El ataque de odio ocurrió el sábado pasado cerca de las 5 de la mañana en Avenida del Libertador e Infanta Isabel, en el barrio de Palermo. Según contó Juan Sabin, sus agresores antes de comenzar a pegarle dijeron: “Siempre le quise pegar a uno de estos”.
“El ataque lo desencadenó el llanto de mi amigo estadounidense con quien habíamos ido a bailar a la fiesta Rheo. Interpretaron esas lágrimas como lágrimas de putos llorones. Mi amigo lloraba desconsoladamente porque acababa de enterarse de la muerte de su abuela”, narró el joven que tiene vergüenza de mostrarse debido al ataque que sufrió en su rostro.
Juan necesita ayuda
“Tengo 24 años, salí del armario a los 21 y estoy desempleado. Vivo en Malvinas Argentinas con mi mamá. Mi padre nos abandonó cuando yo aún era un niño”, cuenta también en su carta el joven, que necesita reunir 7 millones de pesos para costear las placas que tiene que usar a partir de los golpes que le desfiguraron la cara.
Desde la Federación Argentina LGBT+ se encuentran acompañando de manera psicológica al joven agredido, que ya radicó la denuncia en fiscalía.