Los reclamos de los trabajadores municipales se multiplican en distintos distritos bonaerenses y mantienen en tensión a las gestiones locales, con paros prolongados, denuncias gremiales y negociaciones que no logran destrabar los conflictos.
En Suipacha, los empleados del Hospital Municipal “Esteban Iribarne” llevan adelante una medida de fuerza que ya alcanza varios días consecutivos. La secretaria general de los Trabajadores Municipales de Mercedes y referente de la FESIMUBO, Evangelina Artaza, cuestionó el accionar del intendente Juan Luis Mancini por haber rechazado la reapertura de paritarias solicitada a mediados de septiembre. “Presentamos como sindicato la reapertura de paritarias entre el 10 y el 15 de septiembre, y nos convocaron recién el 24 para decirnos que no iba a haber aumento porque no había plata”, relató la dirigente.
La situación en el hospital se ve agravada por problemas de insumos y denuncias de violencia laboral. “Esto cayó muy mal, especialmente en el hospital, que ya arrastra problemas de insumos, destrato y violencia laboral”, advirtió Artaza. En la misma línea, denunció que la gestión de Unión por la Patria condicionó los pases a planta permanente: “Ayer se hizo una mesa técnica y dijeron que no iba a haber pases porque estamos en medida de fuerza. Además, se intenta sancionar a una compañera por participar de una reunión con el jefe comunal cuando estaba de vacaciones. Es un manejo muy desprolijo”, señaló.
Ante este escenario, los trabajadores de Suipacha resolvieron continuar el paro por tiempo indeterminado y volver a manifestarse frente al nosocomio local. “Nuestra Federación siempre nos respalda porque entiende que hoy le toca a uno y mañana puede ser otro. La solidaridad es fundamental”, destacó la dirigente gremial.
El conflicto en Arrecifes
En Arrecifes, el panorama no es muy diferente. Allí, los municipales protagonizaron un paro histórico que se extendió durante 21 días y paralizó varias áreas del distrito gobernado por Fernando Bouvier. La falta de acuerdos en las negociaciones obligó al Ministerio de Trabajo bonaerense, a cargo de Walter Correa, a dictar la conciliación obligatoria. “Iniciamos el paro porque nos ofrecían un bono de $70.000 y ahora nos ofrecen uno de $75.000, si dividimos los 150.000 en los dos meses que no nos lo van a pagar, octubre y diciembre. Es un chiste, no podemos aceptarlo”, expresaron los trabajadores en asamblea, según consignó Uno Arrecifes.
La propuesta inicial del Ejecutivo fue rechazada por considerarse insuficiente y, en respuesta, el gremio presentó dos alternativas: un bono mensual de $150.000 hasta diciembre con la posibilidad de negociar su incorporación al básico en enero, o un aumento progresivo del 10% en octubre, otro 10% en noviembre y un 10% adicional en febrero de 2026. Ninguna de estas opciones prosperó y, por ahora, los empleados deberán retomar sus tareas mientras continúan las gestiones de mediación.
El trasfondo de los conflictos en Suipacha y Arrecifes refleja un clima de creciente malestar entre los trabajadores municipales bonaerenses, que reclaman aumentos salariales reales, mejores condiciones laborales y el pase a planta permanente de los contratados. Con la inflación como telón de fondo, los bonos extraordinarios y las dilaciones en las negociaciones son cuestionados como paliativos que no resuelven el deterioro de los ingresos.