“¿Qué se sufre más? ¿La falta de resultados o la de juego?”. La pregunta flotó en el aire de Santiago del Estero. En un Madre de Ciudades que gritaba campeón. Y el entrevistado no dudó. Lucas Alario, el de las masterclass de definición en Colón y River, el que jugó en la Selección y en el Bayer Leverkusen, que pasó por Brasil. El killer que en Estudiantes todavía no pudo explotar del todo, demostró que en su corazoncito hay prioridades. Y la respuesta fue clara. Y de manual (pincha).
“Para mí, se sufre más no ganar. Podés encontrar el juego y estar más cerca de ganar, pero siendo sincero era un partido bastante malo en la final. Nada. Dejame que yo gane y después vemos si podemos mejorar”, respondió, siendo taxativo, el #27 que si bien no pudo desarrollar su mejor virtud dentro de la cancha durante el año (un gol en 28 partidos), es valorado puertas adentro por el aporte profesional y su impronta.

Para Alario fue especial el campeonato. “Es la primera vez que salgo campeón de un torneo. Estoy feliz”, dijo. Y claro: en River ganó títulos, pero fueron la Copa Libertadores, la Recopa Sudamericana y la Copa Argentina. Nunca un torneo de liga como el que logró. En un contexto especial, “después de cómo se dio este Clausura de mucho sufrimiento puertas adentro, la padecimos porque hubo un momento en el que no encontrábamos los resultados. Pero nos fuimos haciendo fuertes”.
Según Alario, “teníamos que hacernos fuertes y hablar dentro de la cancha jugando al fútbol. Y lo hicimos bien con nuestras armas y nuestra manera. Pudimos sacar la final que se jugó como tal”.
Alario y el éxito de Estudiantes en relación a la continuidad de Domínguez
Uno de los secretos de Estudiantes, según el Pipa, es la continuidad del proyecto deportivo. En esa línea lanzó una frase justo en la víspera de que inicien las conversaciones para la renovación del ciclo del Barba.
“Estudiantes tiene un claro camino u objetivo como la permanencia de Eduardo Domínguez hace varios años. Es loco pensar algo así en el fútbol argentino porque no estamos acostumbrados a que un entrenador dure tanto tiempo”, destacó ese respaldo al nivel de “la cultura del sacrificio”, también decisiva.


