El sector automotriz argentino volvió a mostrar signos de fragilidad. En agosto, la producción y la exportación de vehículos continuaron su caída, mientras que el aumento en las ventas se explica, en gran medida, por la incorporación de modelos importados.
Según el informe de la Asociación de Fabricantes de Automotores (ADEFA) correspondiente a agosto, la producción de autos creció un 20% respecto a julio, en lo que se atribuye a un repunte estacional. Sin embargo, comparado con agosto de 2024, la cifra refleja un desplome del 13%, la segunda caída interanual consecutiva después del 16% registrado en julio. Aun así, considerando los ocho meses de 2025, la producción muestra un leve crecimiento del 6,2% frente al mismo período del año pasado.
La principal explicación de esta tendencia negativa parece encontrarse en las exportaciones. Las ventas de autos argentinos al exterior cayeron un 22% interanual en agosto, acumulando así dos meses de declive tras la caída del 35% de julio. En ese mes, el presidente de ADEFA, Martín Zuppi, había señalado que la baja respondía a “ajustes estacionales producto del receso de vacaciones y tareas de mantenimiento y actualización tecnológica por nuevas inversiones en las plantas de algunas asociadas”. No obstante, la continuidad del descenso sugiere problemas de carácter estructural.
En contraste, las ventas internas desde las terminales hacia los concesionarios aumentaron un 33% interanual en agosto. Sin embargo, este incremento no necesariamente refleja una mejora en la industria local. Gran parte de las unidades corresponde a autos importados, que contabilizan como venta directa a concesionarios, pero no son fabricados en el país. De acuerdo con ACARA, más del 60% de los autos vendidos en agosto provinieron del exterior. En lo que va de 2025, el 49% de los vehículos vendidos en Argentina fueron importados de Brasil, frente a solo un 42% de producción local, mientras que en 2024 predominaban los autos nacionales, con un 58%.
La competitividad de la industria se ve afectada por un tipo de cambio rezagado y por la apertura comercial promovida por el gobierno de Javier Milei. En este contexto, Zuppi insistió en la necesidad de “potenciar la competitividad sistémica de la industria” mediante “la reducción de la carga impositiva a nivel nacional, provincial y municipal”. El titular de la Unión Industrial Argentina también advirtió recientemente sobre los riesgos de la liberalización de importaciones para el sector local.
Aunque las ventas de autos siguen siendo uno de los rubros que impulsan la actividad económica, los datos muestran que este crecimiento depende cada vez más de los bienes importados, dejando a la industria nacional en una situación cada vez más vulnerable.