Tras la escalada de violencia que dejó más de 130 muertos en Río de Janeiro, el Gobierno argentino dispuso de un refuerzo extraordinario de controles en la frontera con Brasil. La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, anunció que se activará una “alerta máxima” para impedir el ingreso de personas vinculadas con los enfrentamientos entre fuerzas policiales y el Comando Vermelho, una de las organizaciones criminales más poderosas de Brasil.
“Vamos a tener una reunión en el Ministerio de Seguridad Nacional y voy a disponer una alerta máxima en las fronteras para que no pueda haber ningún tipo de cruce o de pase de aquellos que se deben estar moviendo de lugar”, explicó la funcionaria en una rueda de prensa en Casa Rosada.
El operativo argentino busca evitar que miembros del grupo delictivo intenten ingresar al país tras los episodios de violencia que conmocionaron a Río. En ese marco, la secretaria de Seguridad, Alejandra Monteoliva, solicitó reforzar los controles en las zonas de frontera Este y Noroeste como medida “preventiva”, y precisó que los efectivos recibieron un manual de reconocimiento de señas y características vinculadas a estas bandas.
Bullrich adelantó que los controles se intensificarán especialmente en la triple frontera, aunque descartó aumentar el número de efectivos desplegados. “Significa mirar con cuatro ojos a los brasileros que vienen, si tienen antecedentes o no. Es un modelo de alerta”, sostuvo, al tiempo que aclaró: “Por supuesto, no confundiendo turistas. Es un público que no es mayoritario, pero en la Triple Frontera tenemos mucho movimiento”.
La cartera de Seguridad coordina las medidas con la Dirección Nacional de Migraciones y con las fuerzas policiales de Brasil y Paraguay, para establecer un sistema conjunto de alertas y mejorar el intercambio de información. Según detallaron fuentes oficiales, los primeros mecanismos fueron activados el martes, con patrullajes reforzados y mayores controles en los pasos fronterizos.
Horas más tarde, Bullrich publicó en su cuenta de X: “Reforzamos las fronteras para proteger a los argentinos ante cualquier ‘desbande’ que pueda generarse por los conflictos en Río de Janeiro. La seguridad de nuestro país, siempre primero”.
El avance del Comando Vermelho
El grupo criminal brasileño, Comando Vermelho, se formó en 1979 en la cárcel de Ilha Grande y desde entonces consolidó su dominio sobre buena parte de las zonas suburbanas de Río. Hoy cuenta con filiales en más de 20 estados y controla rutas clave del narcotráfico, como la Ruta Solimões, utilizada para trasladar cocaína desde Colombia y Perú hacia Brasil, Europa y África.
La expansión del Comando Vermelho, que actúa como un Estado paralelo en varias favelas, fue acompañada por alianzas con bandas menores y narcotraficantes detenidos en cárceles federales. Según la agencia de inteligencia brasileña ABIN, la organización trafica cocaína, pasta base y marihuana, y emplea embarcaciones semisumergibles conocidas como “narcobarcos” para el transporte internacional.
El reciente operativo policial en Río, destinado a detener a 51 de sus integrantes, terminó en una masacre. La Defensoría Pública de ese estado confirmó al menos 132 muertes y decenas de desaparecidos en los barrios de Penha y Alemão, epicentro de la ofensiva. Ante la magnitud del hecho, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva interrumpió su gira por Asia y regresó de urgencia a Brasilia para reunirse con su gabinete.
“El Presidente quedó horrorizado con el número de víctimas fatales”, reconoció el ministro de Justicia brasileño, Ricardo Lewandowski, tras confirmar la magnitud del operativo que puso en vilo a toda la región.

