Durante el cierre del tercer encuentro del Programa Puentes en Mar del Plata, el gobernador bonaerense Axel Kicillof encabezó un acto cargado de definiciones políticas y respaldo institucional a la educación universitaria. El mandatario estuvo acompañado por ministros provinciales, funcionarios e intendentes, y participó de la firma de adhesión de nuevos municipios, incluso gobernados por fuerzas opositoras.
La actividad culminó con la proyección de un video que contrastó los ataques del presidente Javier Milei al sistema universitario con el enfoque territorial y federal del Programa Puentes, iniciativa que ya articula carreras y centros de formación en 81 municipios bonaerenses. “No saben la alegría, el orgullo y la tranquilidad que me da que en la República Argentina y la Provincia de Buenos Aires siga vivo el espíritu de la universidad pública, gratuita y de calidad”, sostuvo Kicillof.
El gobernador agradeció especialmente la incorporación de nueve universidades nacionales de otras provincias al programa, ampliando su alcance federal. Además, resaltó el esfuerzo colectivo detrás de la política: “A pesar de los presupuestos recortados, de las políticas del gobierno nacional, sobrevive y resiste por sus docentes, por sus investigadores, por sus estudiantes, por la democracia y la autonomía universitaria”.
Kicillof remarcó que Puentes es fruto del trabajo territorial y la escucha directa con la comunidad: “Esto surge de recorrer la Provincia, de hablar con cada una de las autoridades de los 135 municipios, con las familias, con los pibes y pibas, con el sector productivo. Ya se alcanzaron las 255 carreras dictadas por el programa y tenemos más de 11 mil alumnos en solo tres años”.
Un modelo federal frente al ajuste nacional
Según explicó el gobernador, el éxito del programa se mide no solo en cantidad de centros y carreras, sino también en la demanda creciente por parte de los municipios y los estudiantes. “Se abre la oferta de carreras y hay cada vez más inscriptos”, señaló, al tiempo que subrayó el rol estratégico de la educación superior en el desarrollo local.
El mensaje dejó en claro el posicionamiento político del gobierno provincial frente al rumbo de Nación: “A pesar de los embates y el odio que se descarga sobre el sistema universitario argentino, contamos con uno de los corazones que mantiene viva a la Argentina y la Provincia”.
En su discurso, Kicillof apuntó directamente contra la lógica de ajuste del gobierno nacional y sus consecuencias sociales. “La sola existencia del Programa Puentes refuta parte de los prejuicios, los ataques y el odio que descargan sobre la universidad pública desde el gobierno nacional de Javier Milei”, afirmó. Y agregó con dureza: “Políticas de ajuste hubo muchas veces, pero el goce de esas políticas, ver cómo la gente pierde derechos y oportunidades y que eso se viva como algo bueno, es algo de no creer”.
Para el mandatario bonaerense, el programa responde a una necesidad concreta y urgente, sobre todo en los sectores más postergados: “Hay una vocación, un esfuerzo y un mérito de los pibes y pibas del secundario que lo que más quieren es estudiar, pero muchas veces no pueden. Aún siendo gratuita, la universidad tiene costos indirectos: hay que postergar actividades, trabajar, y ahí es donde el Estado debe estar para igualar oportunidades”.
Kicillof también cuestionó la concepción liberal del gobierno nacional en relación al acceso a derechos básicos. “Qué libertad rara la que plantean, que es libertad solo si tenés plata. Es una libertad relativa, condicionada a la billetera. Porque hay cosas que cuestan dinero y que millones no pueden pagar: salud, educación, educación universitaria, o incluso lo más básico, como la alimentación”. Y concluyó: “Para eso tiene que estar el Estado: para que la sociedad no mire con indiferencia y acompañe a quienes lo necesitan”.
El gobernador también se refirió a las desigualdades estructurales que impiden el acceso real a la educación superior. “Diseñamos el Programa Puentes porque, aun teniendo 25 universidades nacionales y 3 provinciales en la Provincia, hay pibes y pibas que no pueden acceder. Para la Constitución todos somos iguales, pero en la práctica no lo somos: hay quienes nacen lejos de los grandes centros urbanos y no tienen cómo llegar”, explicó. Y remarcó que el programa no solo responde a una necesidad individual, sino también comunitaria: “Las carreras fueron seleccionadas en función del sistema productivo de cada región. Así, el más brillante, el más esforzado, podrá evitar chocarse con un techo que le prohíbe llegar a donde quiere”.
Por último, Kicillof cuestionó la mirada del oficialismo nacional sobre la educación como gasto individual. “Los liberales, libertarios o como se llamen, ven todo como un emprendimiento: cuánto costó, cuánto reporta. Le quiero explicar a Milei y sus acólitos que cada vez que un pibe se recibe en una universidad pública —y también en una privada—, aporta no solo a su ingreso y felicidad, sino también a la comunidad y a la Nación. Necesitamos que todos los pibes vayan a la universidad, no como si fuesen empresas que tienen que dejar ganancia, sino como parte de un proyecto de país”. Y concluyó: “Para entender eso hay que recorrer los territorios, escuchar los problemas, y sobre todo, tener sensibilidad y corazón para servir al pueblo”.