El consumo masivo volvió a mostrar señales de alerta en agosto. De acuerdo con los informes publicados este jueves por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), las ventas en supermercados registraron su quinta caída mensual consecutiva, mientras que los autoservicios mayoristas continúan en terreno negativo y los centros de compras también mostraron una retracción interanual. A tres días de las elecciones, la economía real sigue sin señales de recuperación, pese a los intentos del Gobierno por mostrar que “todo marcha según el plan”.
Según el organismo, las ventas en supermercados cayeron 0,2% en agosto respecto de julio, aunque mostraron un leve incremento de 0,3% interanual. El acumulado enero-agosto de 2025 presenta una variación positiva de 3,1% frente al mismo período del año pasado, impulsada por la inflación más que por una mejora en la demanda. En valores corrientes, la facturación alcanzó $2.107.204,4 millones, lo que implica un aumento de 33,6% frente a 2024, por debajo del alza general de precios. Los artículos con mayores subas interanuales fueron indumentaria, calzado y textiles para el hogar (+55,1%), carnes (+52,3%), alimentos preparados y rotisería (+39%) y otros (+37,7%).

Los números que preocupan
En cuanto a los medios de pago, las compras con tarjeta de crédito concentraron el 45,1% del total y crecieron 23,4% interanual, seguidas por débito (26%) y efectivo (15,5%). El aumento del uso de crédito muestra cómo los hogares buscan estirar ingresos cada vez más ajustados para sostener el consumo. “Pese a la desaceleración inflacionaria observada en los últimos meses, el consumo privado no logra recuperarse en términos reales. El gasto se mantiene elevado en pesos, pero la cantidad de productos adquiridos continúa reduciéndose”, advirtieron desde el Centro de Estudios de Política Económica y Consumo (CEPEC).
Por su parte, las ventas en autoservicios mayoristas mostraron una leve mejora mensual de 1%, luego de cuatro meses consecutivos de caídas, aunque siguen 8,4% por debajo del nivel registrado en agosto de 2024. En el acumulado de los primeros ocho meses del año, el rubro acumula un retroceso de 6,7% interanual. En valores corrientes, las ventas sumaron $319.736,3 millones, un incremento nominal de 14,6% respecto al año pasado. Los grupos de artículos con mayores aumentos fueron carnes (+41,2%), indumentaria, calzado y textiles para el hogar (+27,5%), bebidas (+23,1%) y panadería (+21,1%).
El sector de centros de compras (shoppings) tampoco escapó a la tendencia. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Centros de Compras, las ventas a precios constantes sumaron $6.765 millones en agosto, lo que implica una caída de 1,9% interanual. En términos corrientes, las ventas alcanzaron $156.047 millones en la Ciudad de Buenos Aires (+20,2% interanual) y $189.747 millones en el Gran Buenos Aires (+27%). Los rubros con mayor participación fueron indumentaria, calzado y marroquinería (33,2%), patio de comidas y alimentos (18,3%), ropa y accesorios deportivos (13,7%) y electrónicos y computación (10,8%). En todas las regiones del país se registraron subas nominales, pero caídas reales, confirmando que el repunte en pesos no alcanza para compensar la pérdida del poder de compra.
En este escenario, la frase que pronunció Donald Trump días atrás (“Argentina lucha por su vida, no tiene dinero, se está muriendo”) parece haber encontrado eco en los datos oficiales. El enfriamiento del consumo, la pérdida de empleo y la caída del ingreso real consolidan un cuadro recesivo que se agrava en la previa de las elecciones. Pese a los discursos de estabilidad y recuperación, la economía argentina sigue dando señales de fatiga: menos ventas, menos producción y más deuda familiar.

