Tras un largo debate en el que abundaron las chicanas y los pases de factura, el Senado de la Nación aprobó hoy la Ley de Restauración de la Sostenibilidad de la Deuda Pública Externa de la Argentina, con el voto afirmativo de 65 legisladores que discutieron a lo largo de ocho horas y media.
Se trata de una ley clave para la administración de Alberto Fernández, que lo faculta a “efectuar las operaciones de administración de pasivos y/o canjes y/o reestructuraciones de los servicios de vencimiento de intereses y amortizaciones de capital de los títulos públicos emitidos bajo ley extranjera”.
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Hace una semana, la Cámara de Diputados, bajo la batuta de Sergio Massa, había dado la primera media sanción en un debate de las mismas características que el de hoy, pero con el aval de 224 votos, dos votos en contra y una abstención.
La letra chica del proyecto establece que el Gobierno puede “reformular” contratos con bonistas, o con el Fondo Monetario Internacional, pero sólo para mejorar plazos u obtener quitas.
Para eso puede incluso emitir nuevos títulos públicos para modificar el perfil de vencimiento de intereses y amortizaciones de capital; determinar las épocas, plazos, métodos y procedimientos de emisión de nuevos títulos públicos; y designar instituciones o asesores financieros para que actúen como coordinadores en el proceso de estructuración, entre otras facultades.
También limita las comisiones que los bancos pueden obtener de esas operaciones, exime de impuestos locales las operaciones y protege los activos del Estado.
La sesión fue presidida por Claudia Abdala, presidenta provisional del Senado, ante la ausencia de Cristina Fernández de Kirchner, que ejerció la Presidencia de la Nación en ausencia de Alberto Fernández, que termina una gira por Europa.
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