Ayer fue sólo el periodista Marcelo Longobardi quien en su espacio de Radio Mitre del Grupo Clarín, durante el habitual “pase” con Jorge Lanata encendió la mecha de un tema que en otras latitudes sería penado por la ley, pero no aún en Argentina, aunque ya se presentaron denuncias en su contra.
Insinuó que por las desigualdades económicas y la pobreza en el país, alguna vez podría llegarse a tener que “formatear a la Argentina de un modo más autoritario”, lo cual claramente significa en términos más simples y sin eufemismos, que debería gobernarse fuera del sistema democrático, porque como nación no estaríamos preparados para este tipo de privilegio que significa tener un gobierno elegido por el pueblo.
TE PUEDE INTERESAR
Lejos de activarse las alarmas frente a opiniones de un periodista de los llamados “hegemónicos”, en un horario central de la radio, y en una emisora cuyo poder económico le permite exceder los límites de sus propios oyentes y trascender a otros medios de comunicación, el periodismo “mainstream” incluso en la televisión, salió “en manada, en banda o en poblado” a inmolarse para defender, entender, interpretar, traducir, acompañar y ser exegetas de la consigna altamente anti democrática de uno de sus pares.
Podría decirse que Longobardi tiene quienes lo defiendan y suavicen o suscriban sus dichos, buscándoles vericuetos semánticos simbólicos que lo corran del lugar fascista en el que él solo se colocó, o que le hagan “la segunda” desde el que piede denominarse el “Periodismo del Poder”.
Mayormente en el canal América, pero no sólo allí, otros representantes de ese periodismo de corporaciones poderosas, como Débora Plager, y Antonio Laje, fueron los abogados defensores y solidarios de Marcelo Longobardi a la hora de buscar un marco que lo hiciera sonar menos macabro y escabroso para con el sistema democrático.
De más está decir que lo único que lograron fue poner al descubierto que ellos también coinciden con la idea implícita y subyacente de Longobardi de que la democracia sólo debe ser admitida cuando ganan en elecciones las políticas que responden a los intereses de sus jefes corporativos, popularmente denominado “neoliberalismo”. Porque de salir triunfante un proyecto con otras prioridades sociales o económicas será tildado en cadena de “populista”, todo el día y a toda hora en sus programas radiales y televisivos, y hasta se llegará a dudar (como en este caso) del sistema democrático, por permitir a ese “populismo” erigirse en el poder, a tal punto de poner en tela de juicio si la población es merecedora de darles el lujo de votar sus propias autoridades porque cuando sucede… “hacen cagadas”.
Débora Plager durante el programa Intratables de América, brindó su explicación de lo que ella creyó escuchar acerca de la consigna golpista de Marcelo Longobardi:
“A mi me parece, siendo una escucha frecuente de Longobardi, que esto que él estaba diciendo significa que la Argentina, tal como está conformada hoy en su constitucion social, va a requerir (él usó la palabra autoritarismo) yo lo podría interpretar como degradación institucional, para poder ser gobernada”.
Otros representantes del periodismo corporativo también defendieron a Marcelo Longobardi atacando al sistema democrático. En este caso Débora Plager
Ya al día siguiente y por la misma pantalla de América, Antonio Laje también quiso sumarse a lo que Marcelo Longobardi le dijo a Lanata pero sin ningún eufemismo en este caso dijo “yo suscribo ciento por ciento lo que dijo Marcelo Longobardi, si quieren ampliar la denuncia acá estoy”. Luego agregó: “Él está alertando (que es lo que estamos haciendo todos), que la clase política empiece a resolver”.
“Lo que dice Longobardi es que los líderes politicos democráticos no pudieron resolver los problemas centrales hasta el momento”,dando Antonio Laje tácitamente a entender que hacen falta líderes “menos democráticos, que sí puedan solucionar lo que el sistema no pudo hasta ahora”, según su mirada.
Otros representantes del periodismo corporativo también defendieron a Marcelo Longobardi atacando al sistema democrático. En este caso, Antonio Laje
Grave, peligroso, pero a tiempo para que los “anticuerpos” que aún existen en el tejido social se activen para cancelar por carriles legales estas ideas que hoy presenta este periodismo corporativo y que tanta muerte y dolor le han provocado al pueblo argentino en los últimos 90 años, desde mínimamente 1930, hasta 1983, a irregulares intervalos interrumpiendo el sistema democrático.
TE PUEDE INTERESAR