En el marco de los operativos especiales de control desplegados durante las celebraciones navideñas, el Ministerio de Transporte de la Provincia de Buenos Aires intervino ante un grave episodio de conducción temeraria registrado sobre la Ruta Nacional 226. El hecho ocurrió a la altura del kilómetro 64,5, donde un automovilista fue detectado realizando maniobras peligrosas que pusieron en riesgo su vida y la de terceros.
La situación fue advertida por personal de la Policía Vial del distrito costero, que dio aviso inmediato a los agentes de Transporte bonaerense. Al detener la marcha del vehículo e identificar al conductor, los inspectores procedieron a realizar el test de alcoholemia correspondiente, cuyo resultado encendió todas las alarmas.
Según informaron fuentes oficiales, los dispositivos utilizados arrojaron “desbordamiento de rango”, una condición que indica que el nivel de alcohol en sangre superaba la capacidad máxima de medición de los equipos. Esto implica una alcoholemia extremadamente elevada, muy por encima de los valores permitidos y absolutamente incompatible con la conducción segura.
El caso se encuadra dentro de la Ley de Alcohol Cero vigente en la provincia de Buenos Aires, que prohíbe de manera absoluta conducir con cualquier nivel de alcohol en sangre. Ante esta infracción, se labró el acta correspondiente, se procedió a la retención del vehículo y se aguardó la llegada de un conductor alternativo, mientras el infractor quedó a disposición de la Justicia.
Desde el Ministerio de Transporte, que conduce Martín Marinucci, recordaron que niveles superiores a los 3,00 gramos de alcohol por litro de sangre provocan una grave depresión del sistema nervioso central, pérdida de reflejos, alteraciones severas en la percepción y riesgo de pérdida de conocimiento, condiciones que representan un peligro extremo tanto para el conductor como para el resto de los usuarios de la vía pública.
Las autoridades remarcaron que estos controles intensificados durante fechas sensibles como Navidad y Año Nuevo tienen como objetivo principal prevenir siniestros viales y evitar tragedias que, en la mayoría de los casos, se originan en decisiones irresponsables al volante. En ese sentido, insistieron en la importancia de respetar las normas de tránsito y adoptar conductas responsables para cuidar la vida propia y ajena.

