Se conocieron los números del resultado fiscal de mayo, y el gobierno de Javier Milei festejó el superávit financiero de 1.183.571 millones de pesos. Pero, en especial, celebraron que es el quinto mes consecutivo que las cuentas públicas arrojan un balance positivo.
“En un contexto de ingresos que superaron ampliamente los niveles previos, el compromiso del Gobierno con el equilibrio fiscal determinó que se mantenga el nivel de gasto sostenible en el mediano y largo plazo, consistente con el ordenamiento de las cuentas fiscales nacionales ligado, principalmente, a la eliminación de gastos que no hacen a las funciones esenciales del Poder Ejecutivo Nacional y a la reducción de subsidios económicos”, señalaron desde Presidencia en un comunicado.
Es la primera vez desde 2008 que se acumulan cinco meses de superávit financiero. Y el acumulado de 2024 en números verdes totaliza el 0,4% del PBI, dato que el Ministerio de Economía que encabeza Luis Caputo señala como “sendero de consolidación y ordenamiento fiscal”.
Según el informe que presentó la Nación, “los ingresos totales del SPN en el mes alcanzaron los $9.204.125 millones (+298,2% i.a.), con una recaudación tributaria que presentó un crecimiento de +314,1% i.a. explicado principalmente por la variación del Impuesto a las Ganancias, al comercio exterior y del Impuesto PAIS”.
Superávit pero, ¿A qué costo?
Durante los primeros meses del Gobierno, el superávit fiscal ha sido de los mayores logros de la gestión y particularmente el más celebrado, pero también de los mas cuestionados por economistas. Es que, si bien el superávit es un hecho, lo que le critican al Gobierno es de dónde proviene ese superávit.
A principios de año, desde el CEPA advertían que el superávit provenía, principalmente, del ajuste a los jubilados. También del recorte a la obra pública, el desfinanciamiento a la educación pública y otras variables que maquillaban los números mensuales del Estado.
Ahora, en el sexto mes de la gestión libertaria, los números que ponen en jaque al Gobierno son los de la deuda. Si bien el superávit fue de 1.183.571 millones de pesos en mayo, lo cierto es que la deuda aumentó en más de 50 millones de dólares. La deuda a diciembre del 2023 medida en dólares era de u$s 402.756 millones (Tesoro u$s 370.664 millones y BCRA u$s 32.092 millones). Este mes, la deuda total ascendió a u$s 456.477 millones (Tesoro u$s 435.674 millones y BCRA u$s 20.803 millones).
Los datos que pueden hacer tambalear el superávit de Javier Milei
El Gobierno presenta el superávit fiscal y la baja en la inflación como sus dos grandes logros de gestión. Sin embargo, están constantemente en jaque por la estructura con la que fueron logrados, que dependen de variables que pueden cambiar de un momento a otro.
El gran componente del superávit fiscal es el corte a los gastos de Capital (-83%) y transferencias a provincias (-75%). Esto es: inversiones en obra pública e infraestructura, y la mayoría de los fondos fiducidarios con las que los territorios provinciales financiaban algunas de sus políticas. Motosierra a pleno. La consecuencia es una fuerte caída de la actividad económica, que arrastra a la industria y, por ende, al empleo.
El cepo al gasto, que puso en un freezer la actividad económica, no es sostenible en el largo plazo. Lo sabe Luis Caputo que lo padeció durante su mandato en el gobierno de Mauricio Macri. Y el cese de pagos a fondos fiducidarios tiene componentes que son ilegales y quedan a un revés judicial de reinstaurarse.
Por último, gran parte de la recaudación del Gobierno Nacional se generó a partir del impuesto PAIS y el dólar “blend” pára las liquidaciones de soja. En la última revisión del Board del FMI, que elogió el ajuste Mileiísta, pidieron al Gobierno Nacional que elimine el esquema de liquidaciones que el propio Caputo se comprometió con el agro a sostener; como así también una disminución al impuesto PAIS para la tan postergada quita del cepo.
En los próximos meses, lo que el Gobierno Nacional muestra hoy como logro puede tambalear e incluso caerse: la paciencia de los ciudadanos con los bolsillos ya ajustados se termina a cuentagotas. Y el Congreso finalmente le otorgó al Presidente las herramientas que reclamaba para su gestión en la Ley Bases. Con ello, la expectativa estará puesta sobre el crecimiento económico y las “grandes inversiones” que promete Milei. De no lograrlo, el segundo semestre será cuesta arriba.