Con 158 votos afirmativos, la Cámara de Diputados aprobó este miércoles el proyecto de ley que garantiza el financiamiento de las universidades nacionales, y dejó a la Casa Rosada ante un contundente revés legislativo. La iniciativa fue aprobada por amplia mayoría y quedó a un solo voto de alcanzar los dos tercios, lo que abre la puerta a que la oposición pueda insistir en caso de que el presidente Javier Milei decida vetarla, como ya ocurrió con un proyecto similar el año pasado.

La votación marcó el inicio de una maratónica sesión en la que también se debatirán otros temas incómodos para el Gobierno, como la declaración de emergencia en pediatría por la crisis el Hospital Garrahan y los proyectos impulsados por gobernadores para coparticipar el impuesto a los combustibles líquidos y para modificar el reparto de los Aportes del Tesoro Nacional (ATN).
La media sanción al proyecto educativo fue impulsada por el radicalismo disidente nucleado en el bloque Democracia para Siempre, en acuerdo con los rectores del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN). La iniciativa plantea una actualización automática de los gastos de funcionamiento de las universidades, hospitales universitarios y partidas para investigación según la inflación. También ordena convocar paritarias en un plazo de tres meses para recomponer los salarios docentes y no docentes, y prevé un aumento en las becas estudiantiles.
Desde el oficialismo, los libertarios rechazaron la propuesta con el argumento de que implicaría un alto costo fiscal y pondría en riesgo el superávit, considerado central en el plan económico de Milei.
Una sesión incómoda que el Gobierno no logró frenar
La Casa Rosada intentó evitar el tratamiento de los proyectos en la previa, presionando a gobernadores y legisladores para que no dieran quórum. Sin embargo, el operativo no tuvo éxito: poco después del mediodía, el tablero marcó 131 diputados presentes (dos por encima del mínimo requerido) y la sesión avanzó con el respaldo de Unión por la Patria, Encuentro Federal, Democracia para Siempre, Coalición Cívica, Frente de Izquierda y un sector de la UCR.
El bloque radical sorprendió con la presencia de varios legisladores que no suelen acompañar al resto de la oposición: Karina Banfi, Fabio Quetglas, Martín Tetaz, Roxana Reyes, Julio Cobos, Gabriela Brouwer de Koning y Roberto Sánchez, entre otros. También sumaron al quórum la libertaria disidente Lourdes Arrieta, el santafesino Mario Barletta (Unidos) y el santacruceño Sergio Acevedo, cercano al gobernador Claudio Vidal.
Pese a los esfuerzos del Gobierno, varias ausencias clave mostraron que algunos gobernadores jugaron a dos puntas o directamente apoyaron al oficialismo con sus bajas: el jujeño Carlos Sadir influyó en Manuel Aguirre (Democracia para Siempre), el santacruceño Vidal hizo lo propio con Jorge “Loma” Ávila, y Rogelio Frigerio trabajó para que no bajara al recinto Francisco Morchio (Encuentro Federal).
También faltaron los diputados del bloque Innovación Federal, que responde a los gobernadores de Salta, Misiones y Río Negro, y los tucumanos del bloque Independencia, alineados con Osvaldo Jaldo.