Acuña, que forma parte del grupo de los ocho intendentes díscolos de la provincia de Buenos Aires, aseguró que para Sabbatella, “todo es negocio, quiere subirse a la boleta de Cristina Kirchner”.
Asimismo, en declaraciones a un portal web, reclamó la atención del gobierno nacional ya que “los que en 2003 metimos a Kirchner hoy somos despreciados por personajes que no son afines a nosotros, pero tienen cierto poder de decisión sobre el gobierno”, manifestó.