Con una mano en la calculadora y la otra en el rosario, un rival de Gimnasia en la lucha por no descender ha llegado a apelar a un método extrafutbolístico atado a lo espiritual para de algún modo anular la mufa que está pasando factura. Porque ya son seis partidos sin victorias en su hogar. Y porque ni siquiera la llegada de un entrenador con nombre pesado alcanzó para revertir la situación.
Talleres, entonces, ya fue más allá. Justo después de que Andrés Fassi le ofreciera disculpas públicas a Chiqui Tapia luego de haberlo cruzado hace algunos meses (entre otras cosas le había pedido que no perjudicaran más a su club), el club avanzó con otra alternativa: elevarle a Dios una súplica para que por fin se termine la racha adversa en el Mario Kempes. Y, de paso, para que la bonanza reaparezca…
Mientras Carlos Tevez sigue buscando respuestas dentro de la cancha, afuera de ella se animaron a meter mano: el pastor Gustavo Datoli recorrió el campo del estadio mundialista de 1978 y arrojó agua en los arcos convencido de que Instituto había tirado sal en la derrota del 5 de mayo. “Sentimos algo tremendo, mucha negatividad. Hubo que cortar un maleficio”, señaló el religioso en declaraciones que recogieron diversos portales.
En La Plata, el tema no pasa inadvertido. Porque más allá de lo que haga Talleres con pastores, cábalas o agua bendita, el choque en el Bosque puede marcar un antes y un después para el destino de Gimnasia en el torneo. Un duelo directo donde no alcanzarán los rezos: habrá que ganarlo adentro de la cancha. Por lo pronto, los cordobeses están muy comprometidos.
La T tiene 18 puntos en la general, al igual que Aldosivi y San Martín SJ (que ya jugó en esta fecha: igualó 0-0 con Belgrano). Y en caso de que los marplatenses (van ante Sarmiento) sumen más puntos que los cordobeses (enfrentan a Tigre), entonces el elenco de Tevez terminará la fecha en puesto de descenso.