Alejandro Ainsworth, un vecino oriundo de Campana de 54 años, fue hallado muerto en Río de Janeiro tras estar desaparecido desde el domingo por la noche. Su familia lo reconoció en la morgue local luego de varios días de intensa búsqueda.
El hombre había sido visto por última vez cuando salió de su hospedaje en Copacabana cerca de la medianoche. Cámaras de seguridad lo captaron caminando solo, y horas después comenzaron a registrarse movimientos extraños en sus cuentas bancarias: cambios de contraseña, retiros de dinero y hasta la gestión de préstamos.
Una imagen tomada desde su propio celular a la mañana siguiente lo mostraba al lado de una camioneta en un descampado de la periferia carioca. El aparato permaneció encendido hasta la noche del lunes, aunque nunca pudo ser geolocalizado con precisión.
El hallazgo de su cuerpo se produjo el jueves. Según las primeras pericias, no presentaba signos visibles de violencia, lo que abre la hipótesis de que pudo haber sido víctima de la modalidad conocida como “Buenas Noches, Cenicienta”, una práctica frecuente en Brasil mediante la cual delincuentes drogan a sus víctimas para dejarlas inconscientes y despojarlas de dinero y pertenencias.
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En Argentina este tipo de maniobras suelen vincularse con las llamadas “viudas negras”, bandas que aprovechan la confianza o el contacto previo para atacar a turistas y viajeros.
La Policía Civil de Río de Janeiro trabaja en la reconstrucción de las últimas horas de Ainsworth y analiza los movimientos financieros realizados desde sus cuentas para intentar identificar a los responsables.