El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, juega fuerte para lograr aprobar, después de dos años, el triplete legislativo: Ley de Presupuesto, Ley Impositiva y la autorización para contraer deuda que permita afrontar vencimientos de pagos y dar previsiblidad a un 2026 que se avizora extremadamente complejo.
Como ya contó INFOCIELO, el recambio legislativo del 10 de diciembre será más favorable en términos cuantitativos -tendrá más diputados y senadores- y más complejo en términos cualitativos, porque La Libertad Avanza, de sesgo muy opositor, ocupará las bancas que dejan espacios más dialoguistas.
Pero Kicillof no sólo debe convencer a sus adversarios externos sino a parte de la bancada peronista. Para eso comienza a trabajar a partir de hoy: a las 15 horas presentará, en La Plata, el proyecto de Ley de Presupuesto. Lo acompañará el ministro Pablo López, que concurrirá esta semana a brindar precisiones en la Legislatura.
Para el acto, el Gobierno convocó a autoridades legislativas, con la idea de escenificar al menos un diálogo político, que se complementará con una carta de apoyo -solicitada o comunicado- de los intendentes del Movimiento Derecho al Futuro.
La aprobación de las tres leyes es la prioridad absoluta del Gobierno, que incluso posterga las discusiones políticas internas -posibles cambios en el Gabinete y recambio de autoridades legislativas- para no empantanar la sanción del triplete.
Ayer, Máximo Kirchner se hizo eco de algunas de esas peleas. Críptico, sólo las mencionó al pasar y dijo que “no tiene novedades” al respecto. “Sobre PJ bonaerense, presupuesto de la provincia de Buenos Aires y sobre bloque de diputados nacionales, no hay novedades más allá de lo que uno pueda leer en off”, chicaneó.
Parte del diálogo deberá incluir, al menos desde la mirada opositora, una negociación por cargos que hasta ahora la administración Kicillof resiste. Desde la Suprema Corte bonaerense -que sólo tiene tres de siete sillas cubiertas-, hasta el cargo de Subprocurador, pasando por organismos de control y el Consejo de Educación, conforman un mazo de cartas con el que el gobierno puede negociar con algunos sectores de la oposición, especialmente los que tienen un caudal de dirigentes que vuelve al llano.

                                    