El director general de Cultura y Educación bonaerense, Alberto Sileoni, se refirió a la reciente ley sancionada por la Legislatura de la Provincia de Buenos Aires que prohíbe el uso de celulares en las escuelas primarias. En diálogo con La Cielo 103.5 FM, el funcionario reiteró que no comparte el enfoque de la prohibición, aunque aclaró que trabajará en la reglamentación de la norma.
“A mí la palabra prohibición a veces me hace un poco de ruido”, admitió, al tiempo que subrayó que la Dirección General ya venía abordando el tema en jornadas pedagógicas y en debates con docentes.
Sileoni explicó que la ley, de apenas cuatro artículos, le da al Ejecutivo 180 días para reglamentarla. “Será un aporte más junto con otros elementos que estamos analizando respecto de un problema, que es el uso abusivo de la tecnología en la vida de las personas, y por supuesto en el ámbito escolar”, dijo.
El funcionario se encargó de remarcar su desacuerdo con una visión absoluta: “Estamos en una tesis de no prohibición, pero la no prohibición no significa alentar que se use el teléfono todo el día en la escuela”, marcando sus diferencias con los autores del proyecto, que se escudaron detrás de una situación “de salud” comparandola con “una pandemia”.
Un abordaje integral para el abuso del celular
Sileoni planteó la necesidad de pensar el problema de manera integral: “Los chicos están el 15 o 20% de su vida en la escuela. El resto es interacción con su familia y con la sociedad. ¿Es un problema escolar? Sí, pero no es solo un problema escolar. Necesitamos también que haya adultos responsables.”
Respecto de la convivencia cotidiana, recordó que muchas escuelas ya implementan limitaciones. “Muchos docentes ya lo están haciendo. La no prohibición confía en el criterio de las escuelas y de los docentes respecto del uso del teléfono y del soporte digital, porque todos ya entendemos que es nocivo el excesivo uso.”
Sin embargo, reconoció que no siempre es fácil de controlar: “Las escuelas nos transmiten que a veces se desmadra, a veces no pueden controlar, hay aulas muy grandes de más de 25 alumnos y entonces eso se hace complejo.”
En esa línea, diferenció entre usos problemáticos y usos pedagógicos. “Un día necesito el teléfono activo porque los hago buscar información. Lamentablemente no tenemos más Netbooks y eso cuesta más, entonces el teléfono es una herramienta.”
Sileoni señaló que a nivel mundial tampoco hay consenso. “No veníamos de una tesis prohibicionista. Hay países que intentaron prohibir y luego salieron de la prohibición; otros al revés. Estamos tanteando cuál es la mejor solución para un problema que debe ser erradicado.”
Y cerró con una definición: “La mejor solución siempre es hablar con los chicos y que adviertan que hay una vida más allá de la pantalla. La relación digital es mucho más chata, mucho más pobre que la relación humana de cara a cara.”