Tal vez con el diario del lunes, tal vez por una vida militante, tal vez porque la memoria no me falla, tal vez porque vengo advirtiendo las consecuencias de la endogamia hace muchísimos años y tal vez porque me apasiona la historia me animo a escribir estas líneas que no pretenden ser otra cosa que preguntas que a lo mejor ayudan a sacudirnos de la modorra de una época donde todo se consume masticado y deglutido por otros.
Los análisis y diagnósticos no fueron, claramente una buena propuesta para seducir a un electorado esquivo hace muchos años. Los yerros propios, las malas decisiones y un círculo vicioso de expulsión a todo aquel que se atreviese a cuestionar la más mínima cuestión, no han sido de gran ayuda, ni para la unidad del peronismo, ni del campo popular, ni mucho menos para ganar elecciones.
En septiembre el pueblo bonaerense se expresó con una abrumadora mayoría en defensa de la provincia, sus intereses, en favor de la gestión de un Gobernador que trabaja de gobernador sin descanso y recibe ataques constantes del desgobierno nacional y, lo que es peor aún, de nuestro propio espacio.
El Gobernador, gobierna y hace caso omiso a los ataques, no se queja, no confronta, sigue dando respuestas cotidianas a las necesidades del pueblo bonaerense y cuestiona públicamente las injusticias cometidas contra Cristina. Si nos remontamos a la historia eleccionaria más reciente, podemos encontrar nombres como el de Daniel Scioli. Con el diario del lunes podría decirse que fue una mala elección del candidato. Quien escribe, lo había manifestado desde el mismo momento en que Scioli reemplazó en la lista a Felipe Solá. Hay pruebas de ello en la “biblioteca de Babel” digital.
En ese momento, millones de militantes salimos a trabajar la campaña siguiendo las directivas de la conducción, aún sabiendo que no era el candidato que mejor nos representaba, no jugamos a no ganar, porque en el medio está SIEMPRE el destinatario final de la acción militante: el Pueblo.
Después del espanto del gobierno de Macri, un sábado nos despertamos con un video en el que se nos comunicaba que el candidato era Alberto Fernández. Vaya sorpresa para nosotros, Quien había sido sindicado como el “agente de Clarín” en un libro autobiográfico redactado por Sandra Russo, un par de años antes era el “elegido” para encabezar la lista y presidir a la República.
El amor duró poco y comenzó una interna a cielo abierto en el que quedamos rehenes un presidente que no tenía las condiciones necesarias para serlo, una vicepresidenta que denunciaba públicamente todos los errores cometidos, un loteo absurdo del Estado en el que ministros, secretarios de estado, hasta directores de línea jugaban a la ruleta rusa del poroteo interno y la consecuencia lógica, un final anunciado…
Ayer, no más, después del gobierno fallido de Alberto Fernandez, el candidato fue Sergio Massa, ministro de economía de una economía bombardeada por el poder fáctico y también, en su momento acusado de ser traidor y agente, esta vez, de la “Embajada norteamericana”. El resultado, fue el esperado…. Un outsider delirante, elevado a la categoría de dirigente por acciones de nuestro propio espacio gana la presidencia de la Nación.
Las razones por las que el pueblo no encuentra en nosotros una opción válida en términos electorales no son ajenas, ni producto de una suerte de magia oscura, el pueblo no se transformó en una caterva de zombies idiotas que votan a su propio verdugo.
Huelga explicar en este texto la maquinaria propagandística antiperonista histórica, huelga explicar que el 40% del electorado nos fue esquivo, aún con Juan Perón como Candidato.
Huelgan las razones económicas y geopolíticas para explicar el contexto en que estamos inmersos, para eso están los “expertos y analistas”.
Desde la militancia más llana, desde el compromiso absoluto durante toda una vida, desde la lealtad más genuina, desde haber sido atacada y corrida por propios en diferentes momentos, acusada de “inorgánica” (vaya a saber a qué, sobran las muestras de mi accionar militante y mis pensamientos en la “biblioteca de Babel”), desde ese simple lugar, me atrevo a preguntar si suma para la construcción de una nueva alternativa que seduzca al electorado, el bombardeo de misivas envenenadas contra nuestros propios compañeros.
Me pregunto si es razonable atacar sin piedad al Gobernador de la Provincia de Buenos Aires, hasta ahora el único compañero en condiciones de encabezar la disputa del 2027 y que viene gobernando, como se describió en este texto en las condiciones más adversas posibles.
Me pregunto cuál es el motivo real del ensañamiento de un sector para destruir cualquier puente de unidad, porque seamos claros, si somos hostiles como condición sine quanon para lograr la sumisión del compañero al que supuestamente queremos sumar, difícilmente veremos resultados positivos.
Tal vez, con el diario del lunes, con un poquito de atrevimiento y desde el llano más absoluto, me atrevo a pensar que es posible la reconstrucción de un peronismo que nos represente a todos, federal, con respeto por las realidades locales, con amplia participación de los compañeros y compañeras, con el abrazo abierto a cada argentino y argentina que sueñe, como nosotros con una Patria Libre Justa y Soberana…
A veces no es tan importante tener razón, a veces la historia reclama hacer lo que se debe hacer porque en el medio está el pueblo, y las y los militantes tenemos la obligación de no perder de vista que es el destinatario final de nuestra acción cotidiana.
A quien corresponda, ofrezco las disculpas necesarias por el atrevimiento, pero sinceramente creo que es imperioso comenzar a pensar en serio y sin mezquindades incomprensibles el presente y el futuro de la Patria, por el camino de la destrucción de la esperanza que se logra con la orfandad absoluta de conducción, claramente no es.

