El tránsito matutino del Corredor Bancalari se transformó en escenario de una tragedia evitable. Un hombre que caminaba rumbo a su trabajo murió tras ser embestido por una camioneta conducida por una mujer que manejaba bajo los efectos del alcohol, en la zona de Nordelta, partido bonaerense de Tigre.
El hecho ocurrió durante la mañana del domingo, a la altura del barrio privado Santa Bárbara. La víctima fue identificada como Ramón Oscar Olivera, de 49 años, quien se desplazaba por el costado de la calzada cuando fue impactado por una Jeep Renegade blanca que circulaba fuera de control.
Las cámaras de seguridad de la zona registraron la secuencia completa. En las imágenes se observa cómo el peatón cruza la calle y continúa caminando por la banquina, mientras que la camioneta se desvía, muerde el cordón y termina atropellándolo por la espalda, sin que el hombre tuviera posibilidad de reacción.
La conductora fue sometida a un test de alcoholemia que arrojó resultado positivo: 0,63 gramos de alcohol por litro de sangre, por encima del límite permitido. Tras el impacto, fue detenida por la Policía, aunque recuperó la libertad este martes luego de abonar una fianza.

La mujer fue identificada como Yesica Loreley Quevedo, de 41 años, domiciliada en Lomas de Zamora. Quedó imputada por el delito de homicidio culposo y se negó a declarar ante la Justicia. En un primer momento intervino la comisaría 2ª de Tigre junto al fiscal de turno en Benavídez, Cosme Iribarren, aunque posteriormente la causa quedó a cargo del fiscal José Amallo.

Olivera estaba a punto de cumplir 50 años el próximo 7 de enero y atravesaba un momento clave de su vida personal. Su pareja cursa un embarazo de tres meses y ambos esperaban la llegada de su primer hijo.
Según relataron sus familiares, el hombre salía de madrugada desde la casa de su novia en Grand Bourg, partido de Malvinas Argentinas. Para llegar a su empleo en un country de la zona, tomaba tres colectivos y luego caminaba hasta encontrarse con un compañero que lo trasladaba al lugar donde realizaba tareas de mantenimiento.
Una de sus hermanas fue quien llegó al lugar del siniestro tras enterarse del hecho. En declaraciones a la prensa, describió una escena devastadora: pertenencias personales esparcidas sobre el asfalto y un impacto que no dejó margen de supervivencia.
“Mi hermano hizo todo bien. Trabajaba más de 13 horas por día, estaba sano y esperando a su primer hijo. Esta persona, manejando alcoholizada, nos destruyó la vida a todos”, expresó.
La investigación continúa mientras la familia de la víctima exige justicia y cuestiona que la conductora haya recuperado la libertad pese a haber manejado en estado de ebriedad y provocado una muerte.

