En un ataque selectivo contra una carpa que funcionaba como puesto de prensa en la ciudad de Gaza, el ejército israelí asesinó a los periodistas Anas al-Sharif y Mohammed Qreiqeh, junto con los camarógrafos Ibrahim Zaher, Mohammed Noufal y Moamen Aliwa. El hecho ocurrió a metros de un hospital.
La ofensiva se produce mientras el Consejo de Seguridad de la ONU debate de urgencia el plan de Israel de tomar control total de la ciudad de Gaza y desplazar a casi un millón de palestinos.
MÁS DE 50 MUERTOS EN LAS ÚLTIMAS 24 HORAS
En la última jornada , los bombardeos dejaron al menos 52 muertos más, elevando la cifra de fallecidos desde el inicio de la guerra a 61.430, con más de 153.000 heridos. La hambruna provocada por el bloqueo israelí ya causó 217 muertes, incluyendo 100 niños.
El propio ejército israelí admitió haber atacado deliberadamente a Al-Sharif, acusándolo de pertenecer a Hamas, sin presentar pruebas verificadas por organismos independientes.
El periodista, muy seguido en el mundo árabe por su cobertura sobre el hambre en Gaza, había denunciado amenazas directas de portavoces militares israelíes y, en redes sociales, advirtió que su vida corría peligro.
GENOCIDIO TAMBIÉN DE PERIODISTAS
Horas antes del ataque, Benjamin Netanyahu había anunciado que permitiría el ingreso de “algunos” periodistas extranjeros a Gaza, algo que Israel había bloqueado desde octubre de 2023, mientras ya mató a casi 200 reporteros locales.
Organizaciones como el Comité para la Protección de los Periodistas confirmaron que desde el inicio de la ofensiva israelí fueron asesinados al menos 186 trabajadores de prensa, aunque fuentes palestinas elevan el número por encima de los 230. Además, más de 90 periodistas fueron encarcelados.
En su mensaje póstumo, fechado el 6 de abril, Al-Sharif, de 28 años, dejó una carta en la que se despidió de su familia y pidió no olvidar a Gaza ni a sus niños.
“Si estas palabras llegan a vos, es que Israel logró silenciar mi voz. No dejen que las cadenas ni las fronteras los callen. Les dejo mi tierra, mi pueblo y mi verdad”, escribió.
Las protestas contra la guerra se multiplican en todo el mundo, incluyendo manifestaciones aquí en Buenos Aires, además de Londres y Estambul, reclamando a los líderes internacionales que intervengan para frenar lo que es a todas luces un genocidio contra la población palestina y también con la prensa local e internacional.