Hugo Alconada Mon es platense, abogado, periodista y escritor. Hace años, podemos leer sus artículos de investigación en el diario La Nación y colabora con El País de España y con el el New York Times. Tiene 50 años y es fanático hincha de Estudiantes de La Plata. Su último libro, “La cacería de Hierro” se convirtió en un best seller.
-Gracias por venir a este ciclo de entrevistas sin urgencias que decidimos llamarlas “Alguien me dijo”. Tus investigaciones dan vuelta al mundo. Son reconocidos en todos lados…
-He metido los dedos en el enchufe algunas veces…
-Qué difícil tarea la que tenés…
-A mí me apasiona. Entonces, no me quejo. Tiene su costado menos agradable, pero no lo dramatizo. El balance me da positivo.
-Tu último libro “La cacería de Hierro” está dentro de los más leídos del país…
-Sí. Estuvo primero en ventas en todo el país durante creo que casi tres meses y sigue andando con un motorcito… así que es precioso.
-¿Cuánto tiempo te llevó hacer “La cacería de Hierro”?
-En realidad es un recorrido común con “La Ciudad de las Ranas”… fueron siete años. ¿por qué? porque como ya ves a mí me gusta mucho la historia y vengo indagando sobre eso y empecé a buscar información que terminó alumbrando a la “Ciudad de las Ranas” y mientras que desarrollaba esa investigación me encontré con los primeros datos sueltos de lo que se llama el caso Francisca Rojas y entonces lo que pasó era que mientras iba buscando por uno a los investigadores del CONICET historiadores, museólogos, archivistas, ya que estás buscando sobre La Plata, no te podes fijarte si encontrás algo sobre éste otro tema… Con los mismos investigadores, fue el mismo recorrido que alumbró estos dos textos.
-Hay una búsqueda también humana dentro de este libro, hay como una mezcla también. Es historia, es ficción, y un poco de filosofía… qué cuestionamientos haces en el libro.
-Sí. Si te lo tuviera que resumir es una novela policial pero que también es una novela histórica, una novela de época pero en la cual también abordo algunas vivencias. Hay varios episodios que en realidad son vivencias mías que están volcadas allí y también hay algo filosófico por el lado de jugar con esto de la identidad muy breve esa novela expone el primer caso o doble crimen que se resolvió a partir de la utilización de las huellas dactilares para resolver crímenes. Como síntesis, en definitiva era cómo dar la identidad a las personas pero más allá de quedarte en la anécdota de las huellas, de los deditos es decir quien sos… entonces es más profundo y eso lo que intento abordar.
Hugo Alconada Mon y su amor por la ciudad de La Plata
-Tenés una cosa con la ciudad de La Plata que te reconocen en todo el mundo por tu trabajo como periodista, por tu trabajo como escritor. Sos abogado también, escribís en diarios muy importantes en Estados Unidos, pero tenés esta cosa con la ciudad de La Plata. Y vas y venís a Buenos Aires por la autopista todos los días. ¿Cómo hacés?
-Trato de organizarme de un modo que el trayecto no me resulte una carga, sino una oportunidad. ¿Qué quiero decir con esto? Trato de evitar los horarios de mayor carga vehicular. Me han visto correr por la avenida 32 luego de llevar a mi hija y a mis sobrinos al colegio y después empiezo el día y lo que hago es a la ida hago todas las llamadas pendientes, y a la vuelta voy o leyendo noticias o análisis o textos, o vengo leyendo sobre historia, leyendo o escuchando podcast sobre historia, sobre ciencias políticas o sobre literatura. y entonces son momentos en los cuales lejos de ser si quieres una pérdida de tiempo, para mí son o de disfrute o una oportunidad…
-Yo destaco que siempre vos volvés a tu ciudad. Como que nunca te fuiste y no importa el que tengas y lo bien que te vaya y lo que te reconozcan en todo el mundo siempre estás acá en la ciudad de La Plata.
-Fuera de bromas, nosotros de manera deliberada escogimos esta ciudad con mi mujer. Teníamos la oportunidad de quedarnos a vivir en España y decidimos volver. Teníamos la oportunidad concreta laboral de quedarnos en Estados Unidos y decidimos volver. Y después también tuvimos la opción de vivir en Buenos Aires y decidimos quedarnos acá. Porque acá están nuestros afectos, acá es donde nuestros hijos que pueden criarse con sus abuelos, sus tíos, sus primos, generar vínculos distintos a los que se genera en la ciudad de Buenos Aires. Acá todavía tiene algunas improntas propias de una ciudad que es posible, que te permite estar en trayectos cortos en cualquier lugar y además está el Pincha… Hay buenas universidades, buena calidad de vida…
-Vamos a meternos un poquito en el barro, te aprovecho como periodista de investigación y como uno de los periodistas más importantes del país. El libro que presentaste en el Congreso hace unos días. Qué sentís cuando estás en el Congreso hoy, porque has investigado a funcionarios de todos los gobiernos. Con tu trabajo siempre incomodás al que está de turno…
-Ahí hay que dividir lo que es la institución de lo que son algunos de sus inquilinos. La institución es la institución de la República, integra la Constitución Nacional, incluso todavía el edificio inspira respeto. Al mismo tiempo, algunos legisladores y legisladoras son de primera. Y que además quieren lo mejor para el interés general. Después podés decir, mira, no estoy de acuerdo con tus ideas y creo que vos considerás que lo mejor para el país no es lo que yo creo que es lo mejor para el país pero no están en Narnia, vos viste que algunos vos lo escuchás y decís, pero ¿cómo llegó esta persona? y después tenés personas que se ponen patitos arriba de la cabeza claro o que creen que la tierra es plana sí y acá habrá que, respetá todas las opiniones para mí la tierra no es plana se terminó, no entremos en discusiones fútiles. Yo he sentido como una paulatina degradación. Donde vos ves que, por ejemplo, en los últimos años, el nivel del debate se ha ido degradando, ha ido empeorando. porque te digo francamente hace unos años a mí me pasaba, yo estaba en plenas investigaciones y estaban a punto de debatir en el recinto algo vinculado a mi investigación y 24 horas antes me llamaban para pedirme explicaciones y vos podés decir, mirá, qué halagador vos podés decir, perdón, vos tenés asesores ¿dónde están tus asesores? vos tenés que explicarle a diputados o a senadores de qué iba ese tema perdón y tus asesoras dónde están. Y además, hace seis meses que explotó esto. ¿Y me lo pedís y me lo preguntás ahora cuando faltan 12 horas para ir al recinto?. O sea, eso es lo que desnuda, si querés, tu falta de seriedad, tu falta de preparación. Lo mismo pasó en su momento cuando, por ejemplo, se debatió en el Senado el pacto con Irán. Y Héctor Timerman dio una clase pero porque en un momento llegan a hacer unas preguntas al canciller Timerman. Estoy hablando de la época de Cristina Kirchner. Y entonces el canciller de esa época dice “Disculpe, senador, lo que usted está preguntando está en el noveno renglón, ¿no?” No noveno párrafo. En el noveno renglón!!. Entonces, esto te demuestra, te refleja la falta de seriedad de muchos legisladores.
-Y no solamente en el Congreso de la Nación, la legislatura bonaerense…
No, olvídate. La Legislatura provoca vergüenza ajena. Te voy a dar un solo ejemplo. Y esto, insisto, no pasa por un partido político u otro. En la legislatura bonaerense ahora han llegado al punto tal en el cual primero se vota y después se debate el proyecto. A mí me ha pasado que yo estaba buscando una ley ya aprobada, es ir buscando diputados y diputadas de distintos bloques políticos, pero yo, de buena fe, estoy buscando este proyecto que ya se aprobó, que vos votaste, ¿de qué va? Porque te dicen ley número 3422 y no entendés nada. Y la respuesta del diputado o la diputada es “No tengo ni idea, Hugo”. Y lo peor de todo es que te lo dicen, o sea, está tan naturalizado que no saben lo que están votando, que te lo blanquean. Entonces, insisto, hay muchos legisladores y legisladoras muy buenos, muy serios, pero digamos que el promedio es por lo menos inquietante.
-Hay en debate temas importantes, por ejemplo, el presupuesto para las universidades. Vos recién mencionabas que tenemos buenas universidades, la Universidad de La Plata, la Universidad de Buenos Aires. A ver si me ayudás a pensar, ¿qué estamos debatiendo con este tema?
-Bueno, ahí vamos a venir un paso más atrás. Porque por ahí también lo que nos están leyendo o viendo y escuchando, pueden decir, bueno, pero hoy los diputados, los senadores, incluso en la provincia de Buenos Aires, no son tan relevantes…Y perdemos de vista que diputados y senadores pueden cambiar este país. Y un ejemplo es lo que abordó en esta novela anterior, la ley 1420, que fue la ley que en 1884 estableció la educación laica gratuita y obligatoria para todo pibe o piba que habitara este territorio. El censo anterior a esa ley te daba que el 82 por ciento de los habitantes de este territorio no sabían leer o escribir. Y después de esa ley, al cabo de una generación, fue el país más alfabetizado de América Latina. Entonces ahí vos tenés como una ley te puede dar vuelta a un país en 20 años. En línea con lo que decís sobre las universidades, empecemos por lo básico: la universidad o la educación no es un gasto, es una inversión a futuro. Hoy todavía es uno de los pequeños escaleras buenas o malas, pero una de las pocas escaleras que quedan para progresar para tratar de salir adelante de, al final de tu recorrido de vida, estar un poquitito mejor de lo que arrancaste. Entonces lo que tenemos que hacer es, ¿cómo potenciamos eso? Entonces vos me podés decir, mirá, sí, bueno, hay abusos, sí. Para los abusos están las instituciones y los órganos de controlor AGN, SIGEN, auditorías internas, auditorías externas. Mejoremos los controles. Pero después sí tenemos que discutir “educación sí o educación no” estamos fallando. Lo que pasa es que en el discurso, después a medida que iba pasando el tiempo, Milei salió a decir, bueno, no, en realidad no es que no va a haber educación pública, sino que estamos auditando, poniendo el foco en los que generan esos abusos.
-Lo que pasa es que mientras tanto, porque viste que hay como una confusión y al final ¿hay recorte o no hay recorte?
Si vos sos Milei, hablabas a favor de los vouchers educativos y en contra de la educación pública tal y como se la conoce. Con lo cual, a la luz de tu propio comentario, serás evaluado después. Entonces, cuando te tienen que evaluar, “este es el señor que decía que estaba a favor de los vouchers educativos y que no le agradaba la educación pública. Ah, ok”. Y a su vez, vamos a medir ahora el presupuesto en en términos nominales y si vos ves un numerito y ves el numerito de este año, el numerito de este año es mayor que el numerito del año pasado. En eso, Milei, pulgar arriba. Ahora, si ese numerito vos lo actualizas por inflación, el numerito actual es inferior al del año pasado. Dicho de otro modo, si con el presupuesto de educación del año pasado vos podías comprar mil chupetines, con el presupuesto de este año, aunque nominalmente en los números es mejor, vos no podes comprar mil chupetines, podes comprar 500 chupetines. Con lo cual estás por debajo de lo que estabas el año pasado. Entonces, cuando vos miras la evolución el presupuesto educativo este año es inferior al del año pasado y el del año que viene va a ser peor todavía que el del año pasado. Cuando vos lo mires así, vos decís, no, pará. Vos estás hablando de mérito, me parece excelente, yo estoy a favor del mérito. Potenciemos la meritocracia. La forma de potenciar la meritocracia todavía hoy en este país es la educación.
“Redes antisociales”
-El tema de redes sociales…
-¿Te puedo corregir? Redes antisociales…
-Sí, sí. El tema es, vos sos muy activo en las redes sociales con tu trabajo, no en lo personal. Pero te atacan mucho…
-Yo tengo Twitter, Facebook, Instagram, threads, TikTok y LinkedIn. Lo que utilizo es en el plano laboral, solo para difusión de información, solo para difusión de temas de la novela. No tengo vinculados a mi familia, a nadie. no aparecen los nombres ni rostros de mis hijos, ni de mi mujer, ni de mis padres, todo el mundo sabe quiénes son, pero digamos, no.
-Además lo sufriste mucho…
-Sí, por espiarme y demás.
-Pero al mismo tiempo, después uno piensa ¿entro en discusiones?
-No. Alguna vez contesto. Pero como pauta general es bloqueo a aquellos que faltan al respeto. Vos podes disentir conmigo, decir, mira, Hugo, no estoy de acuerdo con tu planteo por lo siguiente, tac, tac, muchas gracias, Ana, tomo estos datos, averiguo un poco más. Gracias. Eso me enriquece. Yo tengo, por ejemplo, el pájaro loco 2, con la foto de Bob Esponja, insultándome. Sí. Afuera. Chau. En Instagram bloqueo, en Twitter ni siquiera pierdo el tiempo en eso. No mires. Comentario no mirar. Como recomendación. Como máximo miraré si hay algún comentario pertinente, pero esto es como si vos fueras jugador profesional de fútbol, y le prestaras atención a los 80.000 hinchas que están en el estadio viéndote jugar. Entonces vos tendrías posiciones para que hagas el tiro libre corto, que se haga jugando, que tires centro al primer palo, al segundo palo, y cualquier decisión que tome, sos un estúpido… Y todo lo que opinan, ¿jugar alguna vez al fútbol? ¡No!. El error sería tuyo si vos asumís, te doy un ejemplo, solo yo tengo en Twitter 700.000 seguidores yo tuiteo simplemente una línea de la nota y el link y yo he llegado a hacer un posteo refresh y en los 3 segundos que tardó en cargarse ya tengo gente que le puso like a algo que no leyó gente que reposteó algo que no leyó y gente que me insulta por algo que no leyó..
-¿Pero te terminan silenciando o terminás pensando 10 veces más lo que vas a poner porque tenés miedo a una represalia y eso es de ahora de esta modalidad de las redes sociales del gobierno actual o ya veníamos con este clima raro creo que se ha venido exacerbando no olvidemos que el kirchnerismo con 6, 7 y 8 era picante y se sacaba de contexto frases y demás y fotos?
-Sí, después el macrismo también. A ver, yo no voy a cargar las tintas sobre los unos de los otros, porque ahora vamos a simplificarlo desde Menem en adelante. Todos los gobiernos o todos los presidentes pidieron mi cabeza al diario. Tan sencillo como eso. Dicho eso que se va exacerbando y se van hiperpolarizando cada vez más las posiciones. En el caso mío, naturalmente, mi trabajo es meter los dedos en el enchufe. Y entonces, dadas las características de mi trabajo, yo a su vez no puedo esperar del otro lado, después, como reacciono, un beso, un abrazo y una flor. Entonces, si ya sé que donde publico… A ver, estábamos hablando antes de entrar a la cámara, antes de que se prende la cámara, de una investigación que yo estoy cerrando, que tiene que estar publicándose en los próximos días. Y yo sé que donde se publique es ponerse el casco, protector, antibalas, va a venir fea. Represalias para mí, represalias para eventualmente mi familia y para el diario para el cual trabajo. Y te digo en las redes sociales. Bueno, listo. Toca. Vamos.
-Ahora, el Hugo persona, ¿cómo aguanta eso? Porque te veo siempre tan tranquilo.
-Escribiendo. Escribiendo ficción, ¿no? Bueno, En los momentos en los cuales yo logro desenchufar la cabeza son cuando salgo a correr o cuando escribo ficción… Mi mujer, a la cual adoro, mi mujer me ha llegado a venir a verme re loco y venir con el par de zapatillas y decirme “andá a correr”… Alguna vez salí a correr hasta que me agoto y tuve que tocar el timbre a una casa y decirle me presta el teléfono un minuto y llamar a mi mujer, me dicen, ¿me pasas a buscar? … A veces que salgo a campo traviesa. Como Forrest Gump. De hecho, así me dicen mis amigos. Y me ha pasado de llamar y decir, mirá, estoy en qué dirección es esta, tal, te pasas a buscar. Y la otra, ¿sabes cuál es? Es que mi mujer sabe si estoy escribiendo ficción o no ficción por el proceso. Por la tensión, claro. Si estoy con cierta cara, sabe que estoy escribiendo investigación. Y si estoy con una sonrisa, es novela.
Una mirada al futuro
-Vamos a divagar juntos. ¿Cómo te ves en tu futuro?
-A mí me gustaría mucho seguir el recorrido de Arturo Pérez Reverte. Es decir, ese recorrido en el cual, a ver, lo presento a Arturo Pérez Reverte, escritor español, corresponsal de guerra durante 20 años, que después empezó a escribir ficción, hasta que un día alargó esto, otro, pero no del todo. Entonces él tiene un artículo que publica todas las semanas en la revista de Mayor Circulación de España, y luego hace esto. Entonces, despunta al vicio como periodista una vez por semana y después escribe ficción. Sería como el ideal.
-Entonces tu mujer te vería más feliz…
-Exactamente.
-Lo que pasa es que nos quedan pocos periodistas que interpelen al Poder..
-Hay poco espacio para eso y también te digo hay poco deseo de meter los dedos en el enchufe. Uno de las dinámicas más recurrentes es la autocensura. Muchos colegas que dicen “yo en esta no me meto”. No puedo meterme en esto, me desgasto, me agoto. No me voy a bancar la que se venga. Muchos de ellos te pueden dejar solo también. No quiero cargar las tintas, no es una crítica a los colegas. Porque también es cierto que estoy en una posición en la cual yo trabajo para La Nación, he trabajado para el New York Times, el Washington Post, integro el consorcio Periodistas de Investigación, la Fundación García Márquez… tengo escudos protectores y trabajo en el área metropolitana claro, vos sos periodista en alguna ciudad de alguna provincia y estás más solo que Kung Fú…
-El tema de las redes sociales, como te decía, y el tema de la violencia que se desata, porque a veces yo creo que cuando hablamos del Estado, del gobierno y de los opositores también, pero cuando se descarga tanta violencia en redes sociales y se empiezan a pelear entre ellos, yo creo que no dimensionan lo que pasa abajo. ¿Alguien puede parar esto?
-Ahí es la importancia del liderazgo. El liderazgo en el verdadero sentido, que es la obligación hasta moral que tienen los referentes en el sentido amplio dirigentes de establecer un ejemplo. Segundo, vos tenés personas intemperantes como un Fernando Iglesias, o como un Javier Milei, o como un Donald Trump, o como un Rodolfo Tailhade en el kirchnerismo. Es decir, distintos exponentes de la intolerancia y la intemperancia en los distintos espacios políticos, y eso permea hacia abajo, yo coincido con vos. y además lo que genera es que si el de arriba lo dice, ¿por qué yo no?. Y por eso es la importancia del liderazgo. El liderazgo en el sentido amplio, y muchas veces liderazgo es aprender a ceder, aprender a negociar, aprender a consensuar. Consensuar no significa un detrimento. algunos de los mayores líderes del siglo XX y siglo XXI fueron los que aprendieron a negociar, a consensuar a la rosca en el buen sentido a la palabra rosca vos podés tener desde un Konrad Adenauer en Alemania hasta un Adolfo Suárez en España con el pacto de la Moncloa o una Angela Merkel en Alemania que lideró Alemania durante 20 años para llevar a Alemania al punto de ser la locomotora de la Unión Europea entonces esos liderazgos fueron liderazgos basados en por supuesto posiciones firmes claras pero a su vez estaban dispuestas a sentarse en negociar y decir vos ¿qué querés? y no querés que nombre a tu hermano en el carguito no, no, no, ¿qué querés? ¿qué querés para Alemania? ¿y qué es lo que yo quiero para Alemania? o en el caso de Adolfo Suárez con el Pacto de la Moncloa en España.. En España discutieron duro y a tal punto los pactos de la Moncloa fueron tan duros que las comisiones obreras en dos ocasiones dieron el portazo y se fueron diciendo, esto es inaceptable. Como vieron que las conversaciones seguían en las negociaciones, pidieron “dejame entrar”. Y aclaro algo, no es que solamente las comisiones obreras, los empresarios armaron dos marchas en las calles, una en Barcelona la otra en Madrid con 10.000 empresarios caminando, reclamando en contra del Pacto de la Moncloa, porque no estaban de acuerdo con alguna de las pautas establecidas y los dos grandes líderes eran por el partido comunista era Santiago Carrillo y por el ala franquista, Manuel Fraga Iribarne y los dos tuvieron que ceder pero a tal punto que la gente de Carrillo planteaban ¿para qué carajo estuvimos afuera en el exilio 40 años y cuando volvemos estamos cediendo en todo? Y él decía porque si no cedemos esto explota y entonces lo que aprendieron los españoles en un momento que hay veces en las cuales tenés que ceder para ganar. Tenés que perder para ganar. Eso es liderazgo.
-¿Es posible ahora en este contexto?
-En España eso solo fue posible cuando vislumbraron el abismo. Cuando se dieron cuenta que había dos opciones en España. O la guerra civil, y no querían tener otra guerra civil, o que se quedaran vacíos. Porque lo que estaban viendo era que los pibes, sus propios hijos, se estaban yendo a Inglaterra, se estaban yendo a Alemania. Esto no funciona porque o vamos a terminar a los tiros o vamos a terminar nosotros solos peleando entre nosotros mientras que la siguiente generación se va. Nosotros en Argentina todavía no hemos vislumbrado el abismo.. si me pueden decir 2001, yo lo viví, eso no es abismo. Eventualmente cuando realmente no comprendamos te lo voy a decir mal y pronto, cuando nos dejemos de joder vamos a entender que hay que ceder y perder para ganar.
-Bueno, ojalá nuestros dirigentes se den cuenta rápido, sin tener que llegar a ver el abismo, pero que haya un acuerdo, por lo menos en los temas más importantes para los argentinos.
-Porque no pasa por, es decir, yo te gano y te derroto y te tuerzo el brazo, y hacemos todo lo que yo quiero. No, no, no, porque perdemos todos, en esa perdemos todos.
-Volviendo a tu libro “La cacería de Hierro”… ¿Se viene la película?
-Muy breve, estoy ahora con tres productoras conversando para ver su podemos hacer una película.
-Espectacular. Me encantó. Gracias Hugo.


