No es un vinilo recién salido, el un regalo recién llegado, para mi cumpleaños. Luego de unos días de escucharlo, Time, Fate, Love es más que un disco inédito de Luca Prodan: es un retrato íntimo. Grabado en Córdoba a principios de los 80 con un portaestudio de cuatro pistas entre 1981 y 1983. Canciones que respiran folk, melancolía y naturaleza, donde la voz de Luca suena frágil, casi confesional, muestra al Luca más melancólico y vulnerable, lejos del estallido de Sumo.
El sonido es crudo, casero, imperfecto, pero ahí está su magia: canciones que suenan como bocetos, como cartas personales. En vinilo, se convierte en objeto de culto, un viaje al germen creativo de uno de los grandes mitos del rock argentino.

La escucha en vinilo
La edición en vinilo le da un peso simbólico enorme: convierte ese momento de vulnerabilidad en un objeto de culto, un testimonio físico que une pasado y presente. Es un disco para escuchar sin apuro, con el corazón abierto. Más que un lanzamiento, es una ventana a la intimidad de Luca.
A diferencia de los discos más reconocidos de Sumo, este registro se escucha menos “pulido”, con imperfecciones, lo cual le da autenticidad. Se siente como estar en la sala donde Luca grababa. Esa cercanía lo hace poderoso.
Ver versiones tempranas de canciones que después “evolucionarían” en Sumo (como Regtest, Divididos por la felicidad, TV Caliente) permite apreciar cómo se gestaba su estilo, cómo surgían ideas que luego serían himnos.
Para quienes siguen a Luca Prodan, este vinilo es algo más que música: es parte de su historia personal, de sus batallas, de sus inicios. Escuchar estas grabaciones es como mirar los bocetos antes del cuadro terminado. El formato vinilo suma peso simbólico: lo hacen objeto de culto.
Se nota la influencia del folk, de artistas como Nick Drake o John Martyn, en la dulzura, en los espacios, en lo melancólico. Se respira naturaleza, introspección, vulnerabilidad.
“Estas canciones algún día van a salir en un vinilo” decían, y esa promesa hoy se materializa gracias a una producción independiente impulsada por NYC Records, un proyecto conjunto del músico y conductor Roberto Pettinato y el coleccionista argentino radicado en Nueva York, Marcelo Frías, con la aprobación de Silly Producciones, el sello de McKern.
La técnica vs el amor por la música
No todos los temas suenan “perfectamente terminados”. Hay momentos donde la grabación casera se siente — no tanto como defecto, sino como marca del estilo. Pero para alguien que espera un sonido más pulido, puede resultar abrupto. Ej: en la claridad del audio, la profundidad del bajo o la definición en las frecuencias.
Muchísimas canciones del disco tienen tonalidad melancólica, introspectiva. Eso es bello, coherente con el momento de la vida de Luca, pero al mismo tiempo puede generar una cierta monotonía si se escucha de corrido sin pausas, sin espacios contrastantes. Al no tener los picos de intensidad o variedad extrema de producción, no todos los oyentes pueden enganchar igual.
Para fans de Sumo o de otras etapas más maduras del músico, puede faltar “la furia”, la urgencia del rock más eléctrico, lo expansivo. Este disco es más un retrato íntimo, menos épico, menos himno estridente. Pero eso no es necesariamente negativo, depende de lo que busques.
La película que reavivó el mito
La película Time Fate Love (nombre de una canción del músico), producida por Armando Bo y Luis Ortega, es el puntapié para volver a revisar su figura. Peter Lanzani, el actor argentino que interpretará a Prodan en la película biográfica que aún no tiene fecha de estreno. Todo esto hizo eco en el diario británico The Guardian que asoció el estilo de Prodan (falleció con tan solo 34 años) con el de Ian Curtis (el líder de Joy Division, fallecido a los 24 años), Luca con Sumo presentó una vanguardia de estilos para Argentina: importó punk, ska y reggae, pero los mezcló en un tamiz con el sonido argentino.

“Un italiano renacido en Inglaterra y renacido de nuevo en Argentina”, dijo a The Guardian. “Era un heroinómano escocés-italiano, bebedor de ginebra y adicto a la heroína. Al parecer, tuvo una pelea a puñetazos con el rey Carlos, viajó a la Argentina en 1980, en pleno apogeo de la dictadura militar argentina para alejarse de sus adicciones. Fundó una banda llamada Sumo, introdujo al país al post-punk y se convirtió en una leyenda nacional que aún perdura”, nunca más claro.
Time, Fate, Love en vinilo es un disco imprescindible para los que aman la música más allá de lo comercial, para los que valoran la historia, la emoción desnuda y lo que hay “antes del estallido”. No es un disco de hits, ni pretende serlo: es un testimonio.
Si sos fan de Luca Prodan, lo vas a disfrutar muchísimo; si sos nuevo con su obra, puede ser un buen punto de entrada para entender su lado menos rockero pero quizá más espiritual.