Gimnasia dejó pasar una clara oportunidad de subir en los puestos de playoffs y de meterse de lleno en la pelea por la clasificación. En un escenario ideal, de local y ante un rival con poco para mostrar, el Lobo se tuvo que conformar con un empate con sabor a poco. O mejor dicho, con sabor a nada.
Si bien durante el primer tiempo fue levemente mejor a su rival, con momentos de precisión y dominio, Gimnasia estuvo lejos de ser peligroso o avasallante. La iniciativa y sus pretensiones no pudieron ser transformadas en jugadas profundas de riesgo y fueron meras aproximaciones.
La disconformidad de los hinchas se hizo notar sobre el final del primer tiempo. Los dirigidos por Diego Flores se fueron al descanso silbados, bajo el típico cántico de “movete Gimnasia, movete” y el panorama parecía no poder ser peor. Sin embargo, la expulsión de Gastón Suso profundizó las cosas, al igual que el enojo de los hinchas, y Gimnasia terminó por desordenarse.
Cuatro cambios en una ventana rompieron por completo el partido. El Lobo ganó peso ofensivo, gracias a un gran ingreso de Hurtado, pero perdió en tenencia, construcción y elaboración. Tuvo momentos para ganarlo, incluso con uno menos, pero terminó sufriendo sobre el final las embestidas del Verde, que de estar mejor preparado o de tener más nombres propios, podría haberse llevado los tres puntos del Bosque.
Una tarde deslucida del Lobo en el Bosque. Que sumó un punto que lo deja en zona de playoffs, pero al límite. Que no logró superar de local a un rival visiblemente inferior, sin herramientas, y que deberá sufrir hasta el final para sellar, o no, su clasificación a los partidos mata mata.