El planeta fútbol llora y lamenta la muerte del alemán Franz Beckenbauer que falleció este lunes a los 78 años de edad por causas que aún se desconocen. El técnico que derrotó Carlos Bilardo en la final de 1986 y que se tomó revancha en 1990 dejó una huella de grandeza imborrable con datos que hablan po sí solos: es una de las tres personas en la historia del fútbol que logró ser campeón del Mundo como jugador y como entrenador.
El primero de ellos fue Mario “Lobo” Zagallo (recientemente fallecido también) y luego llegó Beckenbauer quizás, además, el mejor zaguero central de la historia. El nacido en Múnich y dueño del mítico apodo “Kaiser” se transformó en el hombre de mayor renombre en lograr este doble éxito. El Kaiser, que debutó en los Mundiales en Inglaterra 1966 con cuatro goles en el camino de su equipo hasta la final perdida contra el equipo local, llegó a la gloria como capitán del equipo de Alemania Occidental que se consagró como local en 1974, en el que fue su último Mundial como futbolista, a los 28 años.
Tal cómo informa Sporting News, como jugador Beckenbauer dejó un récord de 18 partidos y cinco goles en los Mundiales y fue uno de los mejores futbolistas europeos de la historia. Como entrenador también se consagró: en 1984 debutó en la profesión al frente de la selección de Alemania Occidental y en 1986 llegó hasta la final del torneo realizado en México, con un plantel que no tenía grandes estrellas como otras selecciones alemanas. Tras una derrota en semifinales en la Eurocopa de 1988, Beckenbauer finalmente lideró a Alemania hasta la cima en Italia 1990, tomándose revancha contra Argentina.
Un detalle no menor que involucra a la celeste y blanca: Beckenbauer no volvió a dirigir selecciones luego de ese torneo y prácticamente no trabajó más como entrenador, a excepción de pasos cortos por Olympique de Marsella y Bayern Múnich.
Beckenbauer y su admiración con Maradona
“Diego fue para mí el mejor jugador de su generación, pero en lo personal era, además, un hombre generoso. Es triste que se haya ido así”, dijo tras conocerse el fallecimiento de Pelusa.” Me lo encontré a Diego muchas veces en eventos de la FIFA y de otro tipos de eventos alrededor del mundo. Era la clase de persona que se te acercaba y te daba la mano. Los europeos bien podrían haber aprendido algunas cosas de él. Siempre amistoso, siempre simpático. Una verdadera personalidad“.
“Después del Mundial de 1978 hice una gira por Sudamérica con el Cosmos de Nueva York. Jugamos un partido contra el Sub-21 de Argentina, esa fue la primera vez que vi a Maradona. Enseguida me dije a mi mismo: ¡Esto no es un futbolista, es un artista, un bailarín!” y agregó: “Eso de que era un artista se confirmaría luego. La verdad, nunca había visto algo así. Era un genio. Incluso jugamos un partido amistoso en 1987 en el que nos perdonaron la vida y perdimos solo 1-0. Y la verdad, yo me mantuve lo más lejos posible de él”.



