En el vasto archivo de momentos inolvidables de la televisión argentina, hay uno que resiste el paso del tiempo y la competencia de realities, escándalos y shows bizarros: las piñas que Alberto Samid le propinó a Mauro Viale en vivo, en aquel estudio en el turbulento 2002.
Ahora, gracias al ingenio de la cuenta de Twitter “caviar marolio”, la escena volvió a tomar vida, pero con un giro inesperado: ya no se trata de un registro televisivo, sino de una reconstrucción animada generada con inteligencia artificial.
EL MULTIVERSO DE LA RIÑA
El video, que circula en redes, muestra a un Mauro rejuvenecido, trajeado con elegancia casi futurista, y a un Samid caricaturizado con tintes de villano de historieta, moviéndose en un escenario que recuerda más a un videojuego que a un set de televisión.
Por momentos se vuelven niños prepoteándose, pero también la pelea varía de escenarios: bajo la nieve, en las profundidades submarinas, en el espacio exterior, en Times Square (Nueva York), en una playa, en el medioevo, o en un ambiente similar al de “Viaje a las estrellas”.
La animación reemplaza en esos casos al fondo clásico del estudio por tales espacio abstractos, con luces y texturas digitales que convierten la discusión en algo cercano a un combate épico.
Lo fascinante de esta adaptación no es solo la fidelidad con la que la IA captura los gestos –las cejas arqueadas de Viale, el andar pesado de Samid, la tensión previa a la embestida–, sino la forma en que exagera el clímax: en un momento la piña vuela con una coreografía que mezcla animé japonés y cine de acción, casi como si Tarantino hubiera dirigido la escena.
La inteligencia artificial permite manipular el tiempo, estirando el segundo eterno de la trompada para convertirlo en un cuadro digno de museo pop.
¿CÓMO SE HACE ASÍ DE MANERA CASERA?
Para el público no avezado en estos temas, vale una explicación sencilla: detrás de esta recreación hay modelos de IA entrenados con imágenes y estilos gráficos que permiten “reimaginar” un video original en otra estética.
A grandes rasgos, se trata de sistemas que aprenden patrones visuales y los aplican sobre el material fuente, generando versiones alternativas con escenarios distintos, rostros modificados y movimientos realistas. Lo que antes requería horas de animadores ahora se logra con un puñado de prompts (instrucciones) y ajustes de software.
El resultado es, a la vez, homenaje y parodia. “Caviar marolio”, una cuenta ya conocida por sus montajes absurdos y virales, encontró en la IA un nuevo recurso para potenciar el disparate: ya no es solo cortar y pegar, sino transformar un hecho histórico en una pieza de animación delirante que juega con nuestra memoria colectiva.
La pelea que alguna vez escandalizó y divirtió por igual a la audiencia, ahora se puede disfrutar como un sketch digitalizado, sin perder un gramo de su potencia simbólica.
La televisión argentina tiene momentos icónicos, pero pocos alcanzan la categoría de mito. Las trompadas de Samid a Viale pertenecen a ese selecto club: se cita, se parodia, se recuerda en redes, y ahora también se reinventa en clave animada.
La IA, con toda su sofisticación tecnológica, no hizo más que confirmar lo que el sentido común ya sabía: no hay algoritmo capaz de superar la magia de una buena piña en vivo.