Tras la muerte de una joven de 24 años debido a una serie de complicaciones causadas por un aborto clandestino, la jefa de Terapia Intensiva del Hospital San Martín de La Plata desmitificó algunas de las creencias que aún circulan en torno a la interrupción voluntaria del embarazo.
“Es una situación desesperante porque no solamente puede llevar a la muerte, sino que en caso de que sobrevivir pueden producirse más complicaciones, como fallas renales e incluso amputaciones”, sostuvo María Gabriela Sáenz en diálogo con Juan Rubinacci por “No te des vuelta”.
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“Recibo mujeres generalmente de pocos recursos, quienes van a lugares clandestinos sin ninguna seguridad y donde se producen las mayores complicaciones. Son de todas las edades: desde muy chicas hasta mayores de 30 años”, contó la profesional.
Además, aseguró que “no todas se lo pueden realizar con pastillas porque son carísimas”. “La mayoría lo hace con cualquier otra cosa; no es un mito lo de la rama de perejil”, aseveró.
Según explicó la médica, las pacientes llegan con infecciones generalizadas por haberse realizado la práctica en sus casas o en lugres clandestinos. En contraposición, subrayó que, de ser legal, la mayoría de los casos resolverían con fármacos, y en el caso de ser necesaria una intervención médica, sería “simple y rápida”.
“Piensen lo que gasta una mujer internada en terapia intensiva por un aborto; es muchísimo dinero, no se puede comparar”, sostuvo, y agregó que el debate entre las 12 y las 14 semanas como tiempo límite para realizar un aborto “es un planteo más filosófico y religioso que médico”.
“Era fundamental que saliera esta ley, es una lástima que no hayan podido interpretar lo que se necesita, realmente es un tema de salud pública”, reflexionó sobre el rechazo al proyecto que se discutió el pasado miércoles en el Senado.
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