Son ocho las luminarias de hierro, coronadas por un brazo doble y dos faroles, que fueron dispuestas nuevamente en su sitio tras una oportuna restauración que la municipalidad de General Pueyrredon, la Dirección de Restauración de Monumentos de Mar del Plata y el Departamento de Alumbrado Público del Ente Municipal de Vialidad llevaron a cabo en la plazoleta “Armada Argentina”.
Las partes involucradas trabajaron sobre procesos de corrosión muy avanzados y reconstrucción de partes faltantes en cada una de las piezas. Las farolas han sido colocadas en el lugar asignado originalmente cuando tuvo lugar la inauguración de dicho espacio en el año 1938: dos paralelas al Boulevard Marítimo, dos paralelas a los edificios Casino y Hotel Provincial respectivamente y dos paralelas al mar.
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Según trascendió por aquel entonces, la propuesta de unidad de las mismas se establecía en base al criterio de generar un círculo en cuyo eje central se levantaría un obelisco de 14 metros de altura, como monumento recordatorio de la inauguración oficial de las obras del arquitecto Bustillo.
Aquella construcción nunca llegó a ser realizada, y lo que hoy en día ocupa tal espacio en el ícono de Mar del Plata es la escultura de Guillermo Brown, primer almirante irlandés naturalizado argentino de la fuerza naval de Argentina. Fue tal su servicio para con la patria que es considerado el padre de la Armada Argentina, razón por la cual se erigió una obra en su honor realizada por el escultor Wifredo Viladrich en el año 1971 e inaugurada el 3 de marzo de 1972.
En cuanto a la recuperación de las farolas, Constanza Addiechi, directora del área de Restauración de Monumentos, precisó que “cada luminaria está compuesta por doce partes que meses atrás comenzamos a restaurar en los talleres del Emvial… Hoy, esas 96 piezas fueron terminadas, luego de que se aplicaran unas once manos de distintos tipos de pinturas a fines de garantizar su durabilidad”.
En su re-inauguración, que tuvo lugar el pasado viernes, el encendido de las luces se realizó junto con el espectáculo de baile encabezado por Emanuel Marín denominado “Piazzolla Tango World” con la compañía Tango Furia. Así, la música fue testigo de una noche emocionante para la ciudad con la interpretación de tres piezas del músico marplatense: “Adiós Nonino”, “Los pájaros perdidos” y “Libertango”.
La Rambla: Más que una pasión, un Patrimonio
Se trata de un lugar de paso para muchos turistas que se dirigen desde la urbanización hacia la playa, un lugar por excelencia para artistas independientes que buscan el calor de un masivo público autoconvocado para disfrutar del “after beach” y, por ende, un espacio que no falla cuando los móviles de televisión quieren medir el impacto de la demanda turística en Mar del Plata. Pero no es solo un lugar con encanto en la ciudad balnearia, también es un reservorio de valor para la historia nacional.
El 15 de abril de 1999, y mediante el Decreto 349 emitido por la Secretaría de Cultura del entonces Ministerio de Educación y Justicia, se oficializa una disposición a través de la cual la Comisión Nacional de Museos y de Monumentos y Lugares Históricos proponen la declaración como bienes patrimoniales del “conjunto urbano arquitectónico nacional el que integran el Hotel Provincial y Casino, el Torreón del Monje, los espacios públicos formados por el Muelle de Pesca, la Rambla, las Recovas, la Plaza Seca, la Plaza Colón de la ciudad de Mar del Plata, provincia de Buenos Aires”.
Así, situada entre los emblemáticos edificios del Casino y Hotel Provincial, la plazoleta central “Armada Argentina” sobre la concurrida Rambla marplatense se convertiría en Patrimonio Histórico Nacional, gozando de una protección jurídica específica recogida en la Ley para su preservación, enriquecimiento y exhibición.
Una de las postales más populares que hacen al atractivo turístico de “La Feliz” recibiría un trato especial bajo la promesa de conservar tanto su herencia cultural e histórica como su estética a fines de ilustrar el espacio en el que se encuentra.
No es para menos: la trascendencia que ha impreso en la vida cotidiana de los marplatenses y/o visitantes de la temporada han logrado que aquel conjunto urbano, que ha sido diseñado por el arquitecto Alejandro Bustillo en el año 1938, sea uno de los rincones clave a la hora de identificar al destino bonaerense.
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