Todos los platenses que ayer pasaron por el monumento a las madres erigido donde comienza el bosque en la plazoleta de Avenida 60 y 116 observaron como ya está “reconstruida” la estatua que un año atrás fuera involuntariamente destruída por un operario municipal al apoyar una escalera sobre su estructura, y derribarla sin más posibilidades de reparación.
Ese hecho obligó a las autoridades municipales a encargar una nueva imagen de mujer con un bebé en brazos de similares características a la erigida allí históricamente.
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Pero no fueron pocos los paseantes del bosque que ayer, en el día de las madres, objetaron la calidad artística de tal escultura comparándola con la que había sido ubicada originalmente en 1962, del artista Leonardo Virgilio.
LAS CRÍTICAS DESPIADADAS A LA OBRA
“Parece Elena Highton de Nolasco”, comentó un platense indignado, en referencia a cierta similitud en los rasgos de la estatua de la mujer madre con la recientemente renunciada Ministra de la Corte Suprema de justicia de la Nación.
“Más bien es igual a Margarita Stolbizer”, apuntó un “runner” que se detuvo a ver la novedad de la reconstrucción “a las apuradas” de la estatua a las madres.
No faltó quien trajera al recuerdo la famosa historia contemporánea del “Ecce Homo”, aquel cuadro de Jesucristo que una devota española decidió restaurar “a su manera” destrozando la obra original pero inconscientemente provocando un fenómeno mundial sobre ese cuadro, que aún hoy continúa exhibiéndose de manera casi irónica.
ASÍ FUE LA DESTRUCCIÓN DE LA ESTATUA ORIGINAL
Hace un año, luego de la destrucción de la estatua original, el sitio de Facebook “Defendamos La Plata” se había pronunciado en duros términos hacia la improvisación para la buena intención de restaurar el monumento a las madres:
Tampoco contaba con los conocimientos porque en lugar de utilizar un andamio debidamente colocado, trabajaba apoyando una escalera y ejerciendo presión sobre la obra que no fue diseñada para soportar peso extra.
Hoy (octubre de 2020) la ciudad de La Plata perdió una pieza irrecuperable por la imprevisión y falta de respeto de los funcionarios que ordenaron “mantenimiento” sin atender a competencias.
De hecho, si la administración municipal sigue restaurando así va a terminar con el patrimonio de la ciudad.
Maltratar los monumentos no sólo implica correr riesgo propio, o desprecio a la memoria de la comunidad: si la estatua no se quebraba durante las tareas de “restauración” que la afectaron, pudo haber caído posteriormente sobre un eventual peatón.
Los platenses exigimos que las tareas de mantenimiento y recuperación estén a cargo de personal calificado, especialistas en el tema, para la genuina trascendencia de nuestra memoria común, y para seguridad de las obras y del propio personal, y de los niños y adultos que transiten por nuestro espacio público”.
Ahora, a un año de esta crítica, el monumento volvió a su lugar hecho de nuevo. Pero el ojo está puesto en la calidad de lo obra, que a simple vista parece muy distante de la maestría del artista Virgilio, que le diera vida al memorial de las madres en los años ’60.
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