Decía un viejo eslogan impuesto por la última dictadura militar, y muy criticado recién al volver la democracia en 1983: “El silencio es salud“. Tan popular se había vuelto la frase a fuerza de repetición en los medios hegemónicos de la época que se adaptó como cantito de cancha ante la pasividad de los hinchas rivales tras una derrota. Allí era “Chú chú chú, el silencio es salú“. En las últimas horas, refiriéndose a sus colegas periodistas, Juan Pablo Varsky, el histórico comentarista y comunicador hoy en el Grupo que alberga las señales CNN y TNT Sports entre otras, parece haber (quizás inconscientemente) respaldado a aquella frase elevada a “mantra” en los años oscuros del último gobierno de facto.
Porque durante el ciclo de streaming “El Método”, que conduce el ascendente Tomás Rebord, Varsky realizó una sorprendente “finta” discursiva para intentar justificar a sus colegas que apelan al silencio de determinadas temáticas con la simple consigna de que “de eso no se habla”.
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Y fue más allá porque no solo reivindicó esa especie de autocensura sino que la elevó a altares más sacros, al utilizar la palabra “valentía” para describir a los periodistas que hacen silencio de algunas temáticas, seguramente conflictivas para los intereses de sus patrones.
Con su particular modo “académico” de ilustrar con regates léxicos inesperados, Juan Pablo Varsky intentó dar vuelta el argumento por el que se suele condenar a periodistas al callar tópicos por orden de la autoridad, y hasta llegó a indicar que eso es algo bueno para el sistema.
EL MEJOR ALUMNO: “PLUS ULTRA”
El inefable comentarista apeló entonces a esta justificación utilizando “la valentía” como anclaje de su lógica mediática al momento de respetar los deseos de las autoridades de cada grupo comunicativo.
“Porque también el sistema pone límites. Para mí no es ninguna deshonra aceptar los límites. Hasta te diría que hay algo de valentía“, comenzó su apología del silencio, como si fuese una obediencia debida.
Juan Pablo Varsky justificó el silencio de los periodistas ante determinados temas que incomodan a los jerarcas mediáticos, lo elevó a la categoría de “valentía”, y negó que existan “sobres” a los comunicadores
“Esto de ‘yo digo lo que quiero’, no. Tampoco están Todo el tiempo diciéndote lo que tenés que decir o el famoso ensobrado, no. Ni una cosa ni la otra“, agregó Juan Pablo Varsky, relativizando el hostigamiento laboral permanente de los jefes, o el dinero espurio a cambio del silencio, la crítica o la alabanza.
“Pero hay temas que no se tocan porque para que el sistema funcione, a veces hay temas que no se tienen que tocar, o ‘no gusta’ que se toquen esos temas”, subrayó Varsky, sin detallar ni ahondar demasiado sobre a que temática específica se refería, lo que dejó terreno fértil en redes para las hipótesis más variadas acerca de cuales serán los “tabúes” en los medios que ayudan a que “el sistema” no colapse.
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