La última semana de agosto se presenta con temperaturas primaverales en la provincia de Buenos Aires: viento norte, cielos despejados y máximas que superan los valores habituales del invierno. Sin embargo, este escenario estable tiene fecha de vencimiento: el 30 de agosto, según la tradición popular, suele manifestarse la tormenta de Santa Rosa.
Este año, las proyecciones meteorológicas coinciden con el mito: los modelos anticipan la llegada de un sistema de baja presión que podría generar lluvias intensas y tormentas en buena parte del territorio bonaerense.
Una ciclogénesis que pondrá fin a la calma
De acuerdo con los pronósticos, la provincia de Buenos Aires sería una de las zonas más afectadas por una posible ciclogénesis, es decir, la formación de un centro de baja presión que desencadena precipitaciones abundantes y tormentas.
El fenómeno se combinaría con la humedad acumulada y el contraste térmico tras varios días de calor, lo que eleva la probabilidad de tormentas fuertes. Aunque la magnitud y el alcance exacto aún pueden variar, los especialistas recomiendan seguir de cerca los reportes oficiales del Servicio Meteorológico Nacional (SMN).
Santa Rosa: mito, tradición y estadísticas
Cada 30 de agosto se recuerda a Santa Rosa de Lima, patrona de América y de las tormentas. La tradición sostiene que, en torno a esa fecha, suelen producirse temporales significativos en la región central del país.
Los registros históricos avalan parcialmente el mito: en las cercanías de esa jornada existe una probabilidad levemente superior al 50% de que se desaten tormentas en el área central y la provincia de Buenos Aires. Este 2025, la coincidencia entre el calendario popular y los pronósticos científicos vuelve a poner a la tormenta de Santa Rosa en el centro de la escena.