El mal uso de las estufas genera todos los años intoxicaciones y muertes por inhalación de monóxido de carbono. Por eso, desde el Ministerio de Salud de la Nación, el ENARGAS, así como también desde la empresa distribuidora de Gas, Camuzzi, publicaron una serie de recomendaciones para evitar accidentes y utilizar los artefactos de manera segura.
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El monóxido de carbono es un gas venenoso, sin color ni olor, por lo que se lo conoce como “el asesino invisible”. Este gas se produce por la combustión incompleta del carbono presente en materiales tales como leña, carbón de leña, gas, kerosene, alcohol, gas oil o nafta. La inhalación produce que se emplace al oxígeno en el torrente sanguíneo por este gas. En consecuencia, la falta de oxígeno daña el corazón, el cerebro y otras partes del cuerpo.
El #monóxido de carbono es un gas venenoso invisible e inodoro que no irrita los ojos ni la nariz. Para reducir al mínimo la posibilidad de intoxicación, seguí estas recomendaciones: https://t.co/FaAnOHOQf0 pic.twitter.com/mjhFUWXgxI
— Ministerio de Salud (@msalnacion) 21 de mayo de 2018
Ahora bien, ¿Cuáles son los síntomas?. Pueden variar. Quienes tienen mayor riesgo de intoxicación son los niños, los adultos mayores, las personas con enfermedades cardíacas y/o pulmonares, los fumadores y las personas que habitan en zonas de gran altitud. El principal riesgo de este tipo de intoxicación es que en muchos casos la persona no es consciente de los síntomas: dolor de cabeza, náuseas, mareos, desmayo, alteraciones visuales, convulsiones y hasta estado de coma.
Es por eso que, para prevenir una situación que genera 200 muertes por año, recomiendan mantener los ambientes ventilados (abrir la casa una vez al día) y realizar un chequeo periódico de los artefactos y las instalaciones. No usar el horno u hornallas de la cocina para calefaccionar el ambiente. Y no mantener el motor del auto en funcionamiento cuando el garaje está cerrado.
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