La Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) es una enfermedad del sistema nervioso que debilita los músculos y afecta las funciones físicas. Este martes 21 de junio se celebra el día mundial de la lucha contra la ELA. Conocé esta enfermedad y cómo pueden ser manejados los síntomas para mejorar la calidad de vida.
De acuerdo a la Asociación ELA Argentina, “el término cubre un grupo de enfermedades relacionadas que atacan las neuronas motoras (también llamadas motoneuronas). Estas son células nerviosas, que se encuentran en el cerebro y la médula espinal, y controlan el funcionamiento de los músculos. Los mensajes gradualmente dejan de llegar a los mismos, lo cual lleva a tener debilidad, rigidez y atrofia”.
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Conocida por la lucha que lleva a cabo el ex senador nacional Esteban Bullrich, la ELA es una condición que limita la vida en forma progresiva y que puede afectar el caminar, el habla, la deglución y la respiración. Según la Asociación ELA Argentina, no todos los síntomas necesariamente les suceden a todas las personas que padecen la enfermedad y, de hecho, es poco probable que todos estos se desarrollen al mismo tiempo o en algún orden específico.
¿A quién afecta la ELA?
De acuerdo a la asociación civil conformada por pacientes y familiares afectados por esta condición, es difícil ser exacto respecto al universo de afectados. Sin embargo, citan algunos datos de estudios internacionales:
- Puede afectar a adultos de cualquier edad, pero la mayoría de los diagnosticados con la enfermedad tienen más de 40 años, con la mayor incidencia entre los 50 y los 70 años de edad.
- Aproximadamente 2 hombres cada 1 mujer se ven afectados, pero esto puede variar según el tipo de ELA y se empareja a partir de alrededor de los 70 años.
- La incidencia o cantidad de personas que desarrollarán ELA cada año es aproximadamente 2 de cada 100.000 de la población general.
- La prevalencia o cantidad de personas que viven con ELA al mismo tiempo es aproximadamente 7 de cada 100.000.
¿Se pueden controlar los síntomas?
Si bien no existe aún una cura para la ELA, los medicamentos y la terapia pueden reducir que la enfermedad avance y también su malestar. De esta manera, los síntomas pueden ser manejados para mejorar la calidad de vida.
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