Evidentemente no es leche. Definitivamente no es jugo. Dudosamente no es yogur, aunque su envase lo intente simular, y tampoco es un producto que, al menos, pueda catalogarse dentro de lo conocodo hasta ahora.
Ni siquiera es aquella extraña y “vintage” mezcla de yogur y leche, a la que le habían denominado “leche cultivada” en los años ’90.
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Por eso es que la empresa “La Serenísima” decidió solo llamarla por el genérico “Bebible“, y luego debajo en letra pequeña complementar algo de información aunque bastante confusa (“sin azúcar agregada” y “multivitaminas”).
LA DUDA RAZONABLE ACERCA DE “BEBIBLE”
En redes sociales a una usuaria se le ocurrió preguntar de que se trataba este novedoso engendro, a la vez que lo calificaba de espantoso en textura, sabor y calidad.
A partir de allí otros miles suscribieron sus palabras, a tal punto que la propia empresa tuvo que salir a aclarar a través de su cuenta de Twitter algunos detalles más sobre este “innovador” producto bebible.
La revista “Cítrica” también se sumó al debate, tomando el guante de los consumidores, y se cuestionaba: “Este producto tiene los mismos colores y el mismo envase que la leche o el yogur. Pero no es leche ni yogur. Tampoco reemplaza a la leche. Lo dice la misma empresa La Serenísima bien chiquito en el paquete: “No es sustituto de la leche”. ¿Qué es entonces?”.
La original iniciadora de la controversia fue “Aye Chiarle” quien colocó como mensaje:
“¿Qué invento del demonio es esto que compre pensando que era yogur @laserenisima?”.
Ella en su biografía del perfil se autodefine como “médica de vacas“, por lo tanto podría tener mayor conocimiento del caso.
LA “SERENÍSIMA” VOZ OFICIAL
Lo real es que la propia empresa “La Serenísima” le respondió: “Hola Aye, se trata de una Bebida Láctea, elaborada con leche y jugo de frutas/preparado de vainilla. A diferencia de los yogures, los nuevos bebibles no se elaboran a través de un proceso de fermentación ¡Gracias por escribirnos y saludos!”.
Pero la respuesta no satisfizo a la mayoría de los usuarios porque continuaron con cuestionamientos.
La revista ahondó a través de su cuenta preguntándose: “¿Qué quiere decir? Que no es yogur porque no llega a fermentarse, lo que hace que su producción sea más barata. Pero ni siquiera es leche, solo tiene un poquito de leche mezclado con jugo de “frutas” y aromatizante de vainilla”.
“¿Jugo de qué frutas? ¿De naranja? ¿De manzana? ¿De frutilla? En el etiquetado del producto no figura ninguna fruta…Por eso La Serenísima no lo llama yogur, ni leche, ni jugo de frutas. Lo llama bebida láctea, pero bien podríamos llamarlo basura”, concluye tajante la revista, para después agregar: “¿Por qué si la querés comprar online en un supermercado figura en la sección de yogures? ¿Cuántos niñes están tomando la merienda con esta falsa leche, con este falso yogur, con este falso jugo de frutas?”.
Otro usuario enojado con la empresa láctea intentó dar una explicación comercial al tema de la bebida “bebible” e inclasificable, diciendo: “Desde q Danone compró La Serenísima, destruye todos los productos en pos de ganar más, a costa de alimentar lo menos posible. no existe La Serenísima tampoco es nutritivo el yogur ni nada de esa marca, puro espesante y esencias, opciones para alimentación son las empresas con procesos más naturales”, a lo que otra persona le aclara que Danone solo es dueña del departamento de “yogures” y que por lo tanto quizás este sea el modo que encontró La Serenísima para permanecer en ese mercado sin fabricar lo que le vendió a la multinacional, que sólo sería el área de “fermentados“.
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