Que está súper identificado con Estudiantes, con su historia, con su escuela, con el legado de los campeones, con su mística, no hay dudas. Eduardo Domínguez, de hecho, se convirtió en uno de ellos, en otro hombre que quedará para siempre en ese círculo sagrado del Pincha. De hecho, con este quinto título, quedó a solo uno de Osvaldo Zubeldía, sacando gran ventaja como el segundo entrenador más ganador del club.
Pero si algo le faltaba al Barba para ratificar que es uno más de la familia para siempre era ponerse la roja y blanca. Y así fue: salió del estadio con la camiseta del Pincha puesta, en una señal que también puede interpretarse a futuro, porque también puede ser algún guiño para su continuidad.
La cuestión es que esa camiseta se la regaló José Sosa y el Barba no dudó en ponérsela. Es, claramente, una muestra de cómo este Estudiantes llegó otra vez a la gloria. Porque el Príncipe convertido en Rey tuvo poco protagonismo en el 2025 y eso pudo haber tensado la relación con el DT. Sin embargo, así terminó la historia: con el Barba usando su 7.
El entrenador le dio minutos a José en las dos finales y el referente de 40 años no le falló: contra Racing entró muy fino, preciso y fue clave con la ejecución de ese tiro libre para el gol de Carrillo. Y en esta final, también se metió rápido y le aportó calma al equipo para intentar dar vuelta el partido y llegar a otra conquista. Quizás, por todo eso, Sosa quiso retribuirle al DT esa confianza con un regalo que no es menor. Y que dejó una de las grandes imágenes de esta nueva conquista.


