Cuando Estudiantes llegó a La Plata, los jugadores se impactaron. El descapotable que los trasladó en los últimos tramos de la AU La Plata – Buenos Aires dobló en la rotonda de 120 y 32 y una marea roja y blanca presagiaban una Plaza Moreno colmada.
Es que desde que terminó el partido, cerca de las ocho de la noche la ciudad alteró el ritmo. Las cenas de fin de año eran una excusa perfecta para las salidas, aunque muchas de ellas se vieron alteradas por los dos goles de Alario.
Los jugadores salieron a las 22:30 de San Nicolás y cerca de las 3:00 estaban subiendo la descapotable. Ya desde un rato antes el club mandaba mensajes a través de redes sociales anunciando la llegada al balcón municipal.
Un micro descapotable los esperaba en una estación de servicio y allí empezó la segunda parte de un festejo descontrolado: música, cantos, fernet, dos copas y un festejo inolvidable.
El Palacio Municipal, vestido de rojo y blanco

Miles de personas esperaron pacientemente a los campeones. Los más optimistas hablan de más de 100.000 personas en las calles. Familias con reposeras y heladeritas, grupos de jóvenes con banderas y una euforia típica de una celebración semejante.

Cuando el Ruso Ascacibar salió al balcón con las copas, la plaza se vino abajo. El “Estudioooooo” retumbó fuerte en la ciudad con una particularidad: el cancionero estuvo muy repartido con dedicatorias a Gimnasia y a Chiqui Tapia, enemigo público número uno del campeón.

