Rock en Baradero regresó con una edición de lujo y devolvió a los bonaerenses el placer de poder vivir la música en vivo, al aire libre y con una selección de los mejores exponentes del rock actual.
El comienzo del fin
A partir de las cinco de la tarde arrancaban Mablu, Acus, Santa Rabia y Clara Cava, dando comienzo al último día del festival que se había ausentado por la pandemia durante dos años. Bandas y solistas nuevitos, y no tanto, que dentro de géneros urbanos destilaban espíritu rockero porque “el rock es un estilo de vida”, soltaría a este portal la cantante “afroargenta” Acus, en relación a la música, sus géneros y la ya conocida “grieta” innecesaria que se vive más entre los críticos que entre los artistas.
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El sonido platense en un lugar preponderante
El Mató y Peces Raros desafiaron, a través de sus originales estilos sonoros, a todo el resto. Las dos excéntricas bandas nacidas en la ciudad de las diagonales dejaron nuevamente su marca en el festival bonaerense. El Mató, con Santiago Motorizado a la cabeza, es una banda que emana simpleza y entusiasmo. La lista de trece temas arrancó como de costumbre con “El magnetismo”, siguió con “La Síntesis O’konor”, “Yoni B”, “La noche eterna”, las infaltables “El tesoro”, “El mundo extraño” y “Chica de oro” y el cierre con “Mi próximo movimiento”.
Entre dos pesos pesados del rock nacional, como lo son Las Pelotas y Kapanga, tocaros los Peces Raros. Todo lo que se diga de este dúo platense será poco e incompleto. Ellos hacen una mixtura perfecta entre el rock y la música electrónica “como para que sea más comercial”, advierten a este portal antes de subir al escenario Oeste. Fue un set corto pero contundente, armado de tal manera que su ascenso sonoro y rítmico cerca del final arrastró todo el público a saltar bajo luces coloradas que salían del escenario, atravesándolo todo.
Airbag, llevándose los suspiros de propios y ajenos
Les costó mucho que se los reconozca como lo que verdaderamente son: rockeros puros y de los buenos, pero lo lograron y hoy lo refutan y ahora que todos los están mirando, lo disfrutan y se les nota en cuerpo y alma. La presentación de la banda de los hermanos Gastón, Patricio y Guido Sardelli fue fuerte, profusa y estuvo colmada de sorpresas visuales. Pero además, supo pegar justo en el centro de los corazones de los habitués de festivales de rock, porque interpretaron su maravillosa versión del clásico “renguero”, “Balada del diablo y la muerte”, de una manera tan fiel que alcanzó para ponerle la piel de gallina a los fanáticos de la banda del Chizzo, y a todos los allí presentes.
El concierto siguió con sus más grandes éxitos como “Cae el sol” y “Por mil noches” dejando para el cierre “Si te vas” y “Solo aquí”.
Las Pelotas y el mejor “pogo”
La banda de Germán Daffunchio logró con su set el “pogo” más grande del festival. Y debe ser porque después de tres décadas arriba de los escenarios ya tienen la receta para provocarlo. Antes de interpretar “Esperando el milagro”, Germán detalló la cantidad de años que tiene ese hit: “veinte fucking putos años”, toda una vida. El mágico momento se completo cuando a mitad del recital comenzó a caer una suave lluvia de verano, clásica en el historial del festival.
La fiesta y la experiencia, reservadas para el cierre
El Día 1 lo había cerrado Los Auténticos Decadentes, una de las bandas argentinas más legendarias, fiesteras y con más repercusión en Latinoamérica. Pero para Kapanga, la organización del festival le tenía reservado el cierre de Rock en Baradero 2022, que no es poca cosa. Con el Mono a la cabeza, la banda nacida en Quilmes dio un show largo, entrada la madrugada del domingo, que dejó al público con una sonrisa marcada a fuego. Tras el despliegue humorístico que, combinado a la excelente calidad de sonido, canciones y largas charlas con la gente, todo fluyó con armonía, y con la esperanza taxativa de que nunca más, nada ni nadie prohíba la musical en vivo.