Red Hot Chili Peppers mantuvo un espíritu libre de zapada, aunque no dejó de tocar las canciones que querían todos: el arranque y el final, asesinos. En el medio, una secuencia solos de otro planeta.
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Un comienzo demoledor
Luego de un Flea entrando haciendo la vertical, los Red Hot Chili Peppers subieron al escenario en su formación clásica, algo para lo que hubo que esperar muchos años, ya que John Frusciante dejó la banda en 2009 y regresó recién una década después.
Una versión furiosa de “Around the Word” llenó todos los espacios del Estadio Monumental de River Plate. “¿Cómo están Buenos Aires?”, preguntó Flea en español en una de las pocas interacciones que tendrían con el público durante toda la noche. Pero no hay mucho tiempo para hablar porque la guitarra de Frusciante anunciaba que “Scar Tissue” era el próximo tema.
Luego se sucedió “Snow (Hey Oh)”, la cual le dio la oportunidad al público de corear el estribillo. Aunque parezca una locura (y lo fue) así arrancaba el último de los conciertos de la banda que une más de tres generaciones y que está festejando sus cuarenta años de carrera.
El rock más vivo que nunca
Pese a que visitan otros géneros, el cuarteto logra cautivar al público con rock potente, muestras de virtuosismo y grandes canciones.
No escatimaron en nada: Las pantallas led del escenario fueron el acompañamiento perfecto, sin fallas, nítidas e iluminadas y con imágenes simples pero potentes, fueron el acompañamiento perfecto para tremendo espectáculo auditivo.
Los RHCP hacen un cover de los Ramones, se llama “Havana Affair” y, fue uno de los mejores temas de la noche.
Sonaron clásicos como “Don´t Forget Me” y “Tell Me Baby” y algunos temas de “Return of the Dream Canteen” y de “Unlimited Love”, los 2 álbumes que lanzaron en 2022.
Pero las canciones que más se destacaron fueron, sin dudas, “Californication” y “By The Way”. De por si son hitazos pero anoche y en vivo, con la luna inmensa, el cielo esplendoroso y los aviones que despegaban por encima de la gente, se lograron dos de los momentos mágicos de la noche
Un cierre cargado de emoción y pogo
Luego de un intervalo, los músicos volvieron a salir al escenario, pero Frusciante era el único que quedó iluminado bajo un escenario que se tornaba azul. El guitarrista le dio inicio al punteo de una de las canciones más queridas de los Red Hot Chili Peppers: “Under The Bridge”.
Era una de las últimas oportunidades para las casi 80.000 personas que habitaban el Monumental, pudiera corear y sentir esa melancolía que trae como carrete ese tema nacido en los noventa, ese video, esa historia de vida que se acerca a las experiencias de Anthony Kiedis con las drogas.
El clásico de la banda, el cual no había sonado en la primera fecha, dio un tono de nostalgia colectiva a los fanáticos que ya extrañaban a una banda que todavía no se había ido.
A continuación, Chad Smith dio inicio a un solo de batería que rápidamente desembocó en “Give it Away”, otra canción del álbum “Blood Sugar Sex Magik”. Así terminó el recital, de casi 2 horas de duración, no sin antes un “olé olé Red Hot, Red Hot” final. Chad Smith, quien ha demostrado públicamente tener una conexión especial con Argentina, fue el último en abandonar el escenario, parado solo frente a 80.000 personas, tomó prestado el micrófono del cantante y se fue soltando un profundo: “Gracias, los amamos”.