El escenario se va configurando para el poroteo y las negociaciones sobre el tratamiento del Presupuesto 2019 y la Ley Impositiva que María Eugenia Vidal envío a la Legislatura. El camino no es fácil, a diferencia del “tratamiento exprés” del año pasado, esta vez el escenario está signado por el año electoral venidero y las consecuencias de la crisis que le estalló a Mauricio Macri. Por otro lado, dentro de la amplia gama del peronismo, existen caldeadas desconfianzas entre los variados bloques, por los mecanismos de colaboración con el oficialismo para votar en favor de la “Ley de leyes”.
En toda rosca sobre el Presupuesto existen factores de claves de negociación, en muchos casos impuestos por la oposición y en la mayoría puestos sobre la mesa por el Ejecutivo bonaerense. En 2016, para aprobar el Presupuesto 2017 de 521 mil millones de pesos, la jugada de Vidal y su mano derecha, el jefe de Gabinete, Federico Salvai se focalizó en presentar una cifra muy alta de endeudamiento para luego bajar el monto y “conformar” a la oposición dialoguista. Ese año, Calle 6 diagramó un pedido de deuda superior a los 90 mil millones de pesos, que al calor de las negociaciones se bajó a 59.500 millones de pesos, de los cuales 51.000 millones de pesos estarán destinados para la financiación de obras, mientras que 8.500 millones de pesos serán coparticipados a los municipios, en acuerdo con los alcaldes bonaerenses del massismo, pero principalmente del llamado “peronismo dialoguista”.
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En 2017, para el tratamiento del Presupuesto 2018, el escenario mostró a un peronismo golpeado por la derrota en las elecciones legislativas, preso de sus internas y egos personalistas, un empuje de la victoria electoral encarnado en la figura de Vidal y el recambio legislativo. En un “tratamiento exprés”, la jugada de Cambiemos sobre el tablero solo apuntó a convalidad nuevamente el apoyo de Sergio Massa y sus legisladores y convencer -de la mano de Martín Insaurralde- a un peronismo disperso, con diputados y senadores que estaban terminando sus mandatos y “no tenían que perder nada”. Así, logró aprobar un Presupuesto de 630 mil millones de pesos, con un endeudamiento de 85 mil millones de pesos. A diferencia del 2016, esta vez el foco de las negociaciones estuvo puesto sobre el reparto del Fondo Educativo y un artículo que buscó implementar la participación de actores privados en proyectos de obra pública, a partir de la adhesión de Buenos Aires a la Ley de Participación Pública Privada (PPP).
En el proyecto, Gobernación diagramó que los porcentajes de ese Fondo sean 85 por ciento para obras y el 15 para gastos corrientes en Educación. Tras arduas negociaciones, en especial con los alcaldes que responden a Insaurralde, Vidal aceptó modificar el porcentaje y se acordó que el porcentaje atado a obras del Fondo Educativo baje del 85 al 50 por ciento para intendentes del conurbano y al 40% en el caso de los del Interior. Además, el combo para el “peronismo dialoguista” vino con la promesa de la Vicepresidencia I en la Cámara de Diputados, una caja de holgados recursos y poder en la “doble firma”. También se acordó un límite de 1.000 millones de dólares para endeudamiento oficial a través de proyectos de participación pública privada.
Este año, dentro del Presupuesto 2019, proyectado en 929 mil millones de pesos, los ojos no estarán puestos sobre el endeudamiento y su cifra de 68.500 millones de pesos (1.6 del Producto, “el más bajo en cuatro años”, según fuentes oficiales). El foco será nuevamente el reparto del Fondo Educativo, que según el esquema presentado por Vidal, apunta a que el 100 por ciento sea destinado a obras en el Conurbano y en el Interior el 70 por ciento. En principio, los alcaldes (no sólo del peronismo) bramaron broncas por la novedad. Sin embargo, el punto nodal de la negociación es el plan del Ejecutivo bonaerense de trasladar -sin filtro- el costo total de la “tarifa social” eléctrica que Macri trasladó a la Provincia: 8 mil millones de pesos, nada más y nada menos.
Según pudo saber INFOCIELO, esta vez la jugada de Gobernación se posa principalmente sobre la “tarifa social”. Desde las altas esferas de Calle 6 anticiparon que “ese va a ser el factor negociable” con la oposición. Por su parte y además, los intendentes (del peronismo y massismo) anticiparon que van a pedir modificaciones a los porcentajes del Fondo Educativo. El escenario se completa, con el pedido “exclusivo” que le hizo Sergio Massa a la Gobernadora para apoyar la “Ley de leyes”: desdoblar las elecciones municipales de las provinciales y nacionales.
El camino recién comienza. Lo cierto es que Vidal necesita del apoyo del massismo, pero además del peronismo, en especial del llamado “Bloque de los Intendentes” que comanda Insaurralde. En el Senado –Cámara por donde ingresó el proyecto- Cambiemos muestra los músculos con 29 legisladores, que tienen quórum propio y están a dos escaños de los dos tercios necesarios para aprobar la ley. Con el apoyo de los dos senadores massistas, puede prescindir del resto de la oposición. Pero el trajín está en Diputados, donde el oficialismo tiene 44 diputados, pero necesita llegar a los 62 legisladores para los dos tercios. Con el massismo o el “Bloque de los Intendentes” por separado no alcanza: necesita de los dos.
ALFA (@alfajuan)
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