El debate por el financiamiento de las escuelas técnicas se convirtió en uno de los focos más sensibles del tratamiento del Presupuesto 2026, que ya fue aprobado en la Cámara de Diputados y esta semana comenzó a discutirse en el Senado. Si la oposición logra imponer cambios clave, el proyecto debería volver a Diputados y podría quedar empantanado cuando el año legislativo entra en su tramo final.
El eje del conflicto es el artículo 30, que propone eliminar los pisos mínimos de financiamiento para áreas estratégicas como Educación, Ciencia y Tecnología, Educación Técnico Profesional y el Fondo Nacional de la Defensa (Fondef). La oposición anticipó que buscará rechazar ese artículo por considerar que vacía de contenido leyes vigentes y deja sin garantías presupuestarias a sectores sensibles.
Actualmente, la legislación establece destinar el 6% del PBI al sistema educativo, el 1% al financiamiento de Ciencia y Tecnología, el 0,2% del presupuesto educativo a la Educación Técnico Profesional y el 0,8% del gasto presupuestario al reequipamiento de las Fuerzas Armadas. La posible eliminación de esos pisos reavivó el debate sobre el rol de la educación técnica en el modelo de desarrollo.
“Existe un destino común entre la educación profesional y el desarrollo socioproductivo, el modelo de acumulación y desarrollo que tiene nuestro país; eso está muy ligado. Cuando hay desarticulación productiva —el proceso de desindustrialización— también hay desarticulación de la educación profesional”, sintetizó el director provincial de educación Técnico Profesional, Ricardo De Gisi, al contextualizar el conflicto.
El dirigente recordó que durante el gobierno de Mauricio Macri el financiamiento previsto por ley para la educación técnico profesional “se incumplió sistemáticamente”, y que recién en el último año de Alberto Fernández se alcanzó el piso legal. El escenario actual, advirtió, es todavía más delicado. “El Presupuesto de 2024, que no fue sancionado, suspendía la ley. Para 2026 planean la derogación; o sea, se disuelve el fondo y toda forma de financiamiento de la educación técnico profesional a nivel federal, junto a los organismos que la rigen”, señaló.
Si el Senado introduce modificaciones sobre los artículos en disputa, el proyecto deberá volver a la Cámara de Diputados para su nuevo tratamiento. Con el calendario parlamentario avanzando y el cierre del año a la vista, ese ida y vuelta podría dejar al Gobierno sin margen político ni temporal para aprobar el Presupuesto en el corto plazo.
En ese escenario, la discusión por las escuelas técnicas deja de ser sectorial y pasa a ocupar un lugar central: podría transformarse en el punto de apoyo que complique, o incluso frene, la principal ley económica del gobierno de Javier Milei.

