El “ya me quisieron sacar antes” fue la gota que rebasó el vaso. Hace un tiempo, Estudiantes perdía como local ante Argentinos en UNO y la continuidad de Eduardo Domínguez como entrenador era cosa juzgada. Los (malos) resultados hasta ese momento era apenas un componente más de un todo que incluía relaciones personales, métodos de entrenamientos y una notable falta de feeling entre el deté y el presidente.
Mucho más a fondo fue aquella decisión cuando la pareja de secretarios técnicos, Marcos Angeleri y Agustín Alayes le pidieron, casi al unísono que no hable en conferencia. Domínguez habló, y voló todo por los aires.

Los cuatro resultados que se le dieron al equipo para ir a la cancha de Central demoró una salida que era un hecho, pero hubo un punto que resultó determinante para entender el momento en el que estamos parados.
Pasillo, charla y bicampeonato
Después de que la AFA le diera, insólitamente, un título de escritorio a Rosario Central, Estudiantes se despertó. “Nos puteaban a nosotros, por eso sacamos el tuit”, explicó Verón en diálogo con este medio hace algunos días, en clara alusión al tuit en el que se explicó como un reconocimiento se transformó en una estrella.

Cuando Verón fue al Country a hablar con el plantel encontró un Domínguez receptivo a la idea de lucha promovida por el club. Al menos no se opuso, lo que fue considerado un gesto de unión. Y el otro gesto que muy valorado puertas adentro fue ese famoso saludo frío (o casi ni saludo) al presidente de AFA, Chiqui Tapia, cuando lo saludó luego de que Eduardo subiera al placo a recibir la medalla de campeón.

De ahí en más la historia es pública y conocida. Abrazo en Santiago y San Nicolás, bicampeonato al bolsillo y una negociación que transita ya una semana y que no iba a ser nada sencilla, tal cual viene contando este medio.
Los pedidos de Domínguez, los ajustes de Estudiantes
La idea del club, como se sabe desde hace un tiempo, es que el entrenador pueda adaptarse a las demandas financieras que debe afrontar el club luego de un 2025 en el que se invirtió fuertemente en el plantel. Por eso se espera que haya algunas salidas y que no haya erogaciones tan grandes en materia de refuerzos.
En principio Eduardo Domínguez no tiene inconvenientes ante ese panorama, pero de acuerdo a lo que pudo saber Cielosports.com, también tiene algunas condiciones personales para continuar en la institución, más allá de que está cómodo como ya lo reconoció previamente.
En ese sentido el técnico de Estudiantes desea un contrato por dos años para continuar con un proyecto pensado a largo plazo, además de una cláusula especial en caso de que desde el club quieran interrumpir su vínculo, como sucedió promediando esta temporada.
Estudiantes quiere ajustar cosas. Puertas adentro los dirigentes sostiene que el año no puede tener tantas irregularidades. El mercado de pases debe achicar el margen de error y para eso se sumará más gente a trabajar al respecto. El caso emblemático es el de Cristian Serrano, analista de videos del club. Los puntos por discutir son varios. Por eso aun las charlas se dilatan. No es solo cuando dinero quiere ganar Domínguez, que jugadores vendrán y cuáles serán los objetivos futuro. Por delante está el método Estudiantes que el club quiere impulsar y que tendrá luz en el corto plazo. Con o sin Eduardo Domínguez sentado en el banco de suplentes.

